Científicos británicos están intentando convencer al primer ministro, Boris Johnson, para que imponga una confinamiento de 10 días que sirva para detener la propagación de la variante ómicron del coronavirus en Reino Unido.
El panel de expertos ajeno al organismo asesor oficial del gobierno quiere que los pubs y los restaurantes se cierren, entre otras medidas para tratar de ponerle freno a la expansión de esta nueva variante, según The Sun.
La situación en el país comienza ya a ser crítica por la nueva variante del virus. Este miércoles, las autoridades sanitarias de Reino Unido confirmaron un total de 78.610 nuevos contagios de COVID-19, lo que constituye una cifra récord de casos diarios desde que comenzó la pandemia, en el marco de un recrudecimiento de la situación en el país europeo.
Mientras, las autoridades sanitarias confirmaron otros 4.671 casos de la variante ómicron del coronavirus, que han elevado el total de esta variante hasta los 10.017. No obstante, las autoridades creen que los contagios de esta variante son muchos más.
En este sentido, la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido ha alertado durante la jornada de que la variante ómicron es "probablemente" la "amenaza más significativa" desde que comenzó la pandemia, según ha recogido la BBC.
El Gobierno de Reino Unido se ha visto obligado a reimponer ciertas restricciones ante el incremento de contagios y las preocupaciones que plantea la variante ómicron del SARS-CoV-2. Impuso la vuelta del teletrabajo o la obligatoriedad del certificado de vacunación para acceder a ciertas instalaciones, medidas previstas en lo que la Administración de Johnson llama su 'Plan B', que presentó en septiembre por si la situación empeoraba.
El Ejecutivo de Johnson ha fiado el desarrollo de la situación de la pandemia en el país europeo al plan de vacunación contra la COVID-19. Hasta este miércoles, el 81,5 por ciento de la población británica cuenta con el esquema completo de inmunización, mientras que el 43 por ciento ya se ha puesto la tercera dosis.