Cinco semanas después de que en Cuba se llevaran a cabo las protestas más importantes contra la dictadura, y donde las redes sociales han jugado un papel decisivo, el gobierno de Díaz-Canel ha dado un paso más para controlar y reprimir a sus ciudadanos: desde ahora, compartir en las redes sociales una noticia que el régimen considere “falsa”, así como publicar algo que las autoridades califiquen como “ofensivo contra el sistema”, “crítico” o “de difamación con impacto en el prestigio del país”, puede llevar a los cubanos a los tribunales al ser considerado “ciberterrorismo”.
Así lo ha clasificado el gobierno castrista bajo la resolución 105 del Ministerio de las Comunicaciones y el Decreto 35, que contempla que “alterar el orden público” y “promover la indisciplina social” son intentos de subversión social con un nivel de peligrosidad “muy alto”.
Al mismo tiempo, establece que los usuarios de internet y cualquier otro tipo de servicio de telecomunicaciones en general, deben impedir que sean utilizados para atentar contra la Seguridad y el Orden Interior del Estado, proporcionando una vía para que los cubanos informen de posibles infracciones.
"Nuestro Decreto 35 va en contra de la desinformación y las mentiras cibernéticas", ha dicho el presidente Miguel Díaz-Canel tras subrayar que las protestas del 11 de julio están relacionadas con una una campaña de contrarrevolucionarios en internet, respaldados por Estados Unidos.
Por el momento no se ha dado a conocer la magnitud de las sanciones, pero la nueva legislación publicada en la gaceta oficial y que ya ha sido bautizada por los críticos cubanos como la nueva “ley mordaza”, hace referencia a que estas acciones conllevan una responsabilidad “jurídica y penal”.
“Es terrible, otra manera de callarnos la boca. El gobierno tiene miedo de que la gente sepa la verdad y quiere penalizar lo que pasa en las redes sociales, que fueron fundamentales para que estallara el 11 de julio”, declara a NIUS Yolanda Rodríguez, cubana residente en Miami desde 2010.
A pesar de los controles que el gobierno de Cuba ha impuesto durante años a su pueblo, cuando en 2018 se autorizó el acceso a internet en los móviles, los cubanos aprendieron a usar las redes sociales tanto para buscar información como para denunciar las condiciones en las que viven bajo el régimen autoritario comunista.
“Cuba vivía muy ajeno a lo que pasaba en el resto del mundo hasta que en 2018 el pueblo tuvo acceso a internet y empezaron a enterarse y descubrir las limitaciones que estaban viviendo allí. Porque Internet llegó en el 96 pero en aquel entonces sólo tenían acceso las empresas. Gracias a Facebook y otras redes sociales, también el mundo puede ver lo que allí está pasando, y eso, evidentemente, tampoco le conviene al gobierno de Díaz-Canel”, señala Rodríguez.
Las protestas del famoso 11 de julio, que quedarán marcadas en la historia de Cuba, se expandieron por toda la isla después de que una primera manifestación en señal de protesta en Antonio de Baños, un pueblo cercano a la capital, fuera compartida por un cubano usuario de Facebook. Fue entonces cuando en otros puntos de la isla, miles de cubanos salieron a las calles pidiendo libertad. Las redes se inundaron de vídeos y denuncias contra la represión, y pronto llegaron los violentos arrestos de manifestantes que también quedaron registrados en las publicaciones compartidas en las redes.
“Son medidas que están tomando para asustarnos, pero la realidad es que cuando la gente se manifestó contra Díaz-Canel y todo su séquito ya sabíamos que no se podía protestar, y la gente se dejó la piel en las calles. Lo hemos visto en los vídeos que los cubanos han publicado, cómo los han estado hinchando a palos, gente desaparecida, torturada sólo por pedir libertad, porque no hay medicinas, ni comida, y la gente se está muriendo de Covid porque no haya medios sanitarios, es una vergüenza”, dice a NIUS también con gran indignación Yusneil, quien llegó a EEUU hace 9 años, huyendo de la dictadura de la isla.
El Ministerio cubano del Interior (Minint) negó la existencia de desaparecidos tras las masivas protestas antigubernamentales. Tampoco ha dado cifras de detenidos, aunque sí ha reconocido la muerte de uno de los manifestantes. Por su parte, los activistas han documentado la desaparición de más de 730 personas, incluyendo menores de edad.
“La gente está desesperada porque los comunistas están acabando con todo el pueblo, los están matando de hambre y a base de golpes, y ellos están indefensos porque no tienen armas. O sea, que es una guerra contra ellos, y después de lo que ha pasado ahora con la Ley 35, conseguirán que mucha gente se quede en casa porque están muy asustados”, afirma a NIUS un conductor de Uber cubano en Miami que prefiere mantener el anonimato por temor a posibles represalias contra su familia en Cuba.
Y en efecto, hay mucho miedo entre los cubanos, tienen miedo a ser castigados más aún, pero también es cierto que hay un grupo de activistas que está dispuesto a continuar la batalla. “El movimiento de jóvenes intelectuales y del foro cultural, al nivel que están, no se van a callar, no tienen nada que perder. La situación es tan mala en todos los sentidos que seguirán adelante en la lucha por el derecho a expresarse, a elegir un gobierno legítimo y a vivir en libertad. Y también muchos jóvenes que no están vinculados a esos movimientos, pero la juventud es rebelde, y las generaciones de ahora no son las de antes, asegura Rodríguez, quien recuerda que cuando llegó a EEUU hace 11 años, tenía miedo de hablar por teléfono, por si la podían oír. “Así nos han tenido durante años, atemorizados”.
Yolanda Rodríguez pertenece a un grupo privado de Facebook llamado "Archipiélago" en cuya descripción se identifica por la búsqueda de “una Cuba plural, con todos y para el bien de todos” y a la que pertenecen milles de seguidores. Contiene una media de más de 400 publicaciones diarias que el gobierno de Cuba, con toda probabilidad, podría considerar “Ciberterrorismo” tras el Decreto 35. “Tiene más de 17.000 miembros y hay gente de todo tipo son jóvenes intelectuales y de todas las tendencias políticas, más a la izquierda, más a la derecha y al centro. Pero independientemente de sus ideologías, todos tienen el mismo objetivo. Que se acabe la represión y la dictadura. Y no se van a rendir”.
#NoAlDecretoLey35Por el momento, los ciudadanos cubanos han encontrado una vez más en las redes sociales un espacio para expresar su rechazo y han creado el hashtag #NoAlDecretoLey35 donde detallan sus miedos por la medida.
“Díaz-Canel lo está manejando muy mal. Por mucho Decreto que imponga, no puede llevar a 11 millones de personas presas, no hay sitio para todos, aunque imagino, o al menos quisiera pensar que, cuando pase la pandemia, se tornará de otra manera y volveremos a protestar en las calles. Desde afuera los estaremos apoyando, pero son ellos los que tienen que salir a la calle, si no, no podemos ayudarlos”, lamenta Yusneil.
También Rodríguez confía en que el cambio llegue en algún día, aunque sabe que sus compatriotas no las tienen todas con ellos: “El problema es que los cubanos están sin apoyo ninguno, están aislados y el gobierno tiene todo el ejército. Si el ejercito no se revela, no sé cómo se va a hacer. Tengo esperanza, hemos retomado el patriotismo y la esperanza. Pero la tienen muy difícil”, opina Rodríguez.