“¡Si Cuba está en la calle, Miami también!”, gritan los cubanos al sur de la Florida en solidaridad con los manifestantes que están protestando y arriesgando sus vidas en la isla por mostrarse contrarios al régimen dictatorial castrista. “¡Diaz-Canel, asesino!”, “¡Libertad, libertad!”, corean al unísono para que se les escuche alto y claro. No quieren al mandatario elegido a dedo para sustituir a Raul Castro. Quieren unas elecciones democráticas. Quieren libertad para decidir.
Como banda sonora, “Patria y vida”, un canto a la libertad al ritmo de rap, frente al histórico lema de Fidel Castro “Patria o muerte.
Desde que en Cuba comenzaron las jornadas de protestas el pasado 11 de julio, las más masivas y violentas desde que se instauró el régimen autoritario y dictatorial en 1959, la comunidad cubana en Miami no ha perdido el pulso organizando concentraciones y encuentros en diferentes puntos de la ciudad, en señal de apoyo a sus compatriotas. Miles de personas envueltas en banderas cubanas y estadounidenses suplican que sus voces sean escuchadas.
“Estamos en las calles desde Miami pidiendo por la libertad de nuestra gente. No estamos pidiendo comida, no estamos pidiendo medicinas. Estamos pidiendo que se acabe un régimen que lleva más de 60 años oprimiendo al pueblo, oprimiendo los derechos humanos. Pedimos libertad de expresión, poder elegir a nuestros representantes en Cuba”, implora una joven bajo la emblemática Torre de la Libertad, el lugar elegido para una de las concentraciones del fin de semana y que en los años 60, el gobierno de Estados Unidos usó para tramitar y alojar a una ola de inmigrantes procedentes de Cuba a raíz de la revolución.
“La gente está cansada de tanta miseria y tanta hambre donde sólo los dirigentes comunistas son los que tienen las mesas llenas de comidas”, critica otra mujer.
En un país conocido por sus medidas represivas contra la disidencia, Diaz-Canel no tuvo reparos en amenazar al pueblo con el uso de las armas y violencia, aunque posteriormente exhortó a no actuar con odio. La información que llega a los cubanos en Miami es, en cualquier caso, escalofriante.
“El gobierno está matando niños de 13 y 14 años con el único delito que han salido a la calle a pedir libertad, están golpeando a las mujeres que han salido a protestar por un plato de comida y por dignidad”, cuenta también a NIUS Alina, quien está participando activamente en los eventos convocados. “Están pinchando ojos, cortando orejas, cortando dedos. ¡Basta ya!”, suplica entre lágrimas la habanera en sus declaraciones a NIUS.
Entre los manifestantes anónimos, se descubren las caras conocidas de artistas cubanos implicados de lleno en la causa. Es el caso de Lilo Vilaplana, director de cine quien recientemente estrenó la premiada película “Plantados”, en la que se relata la historia de los presos políticos de la isla de Cuba. “El dictador de turno, el títere Díaz-Canel, mandó hacer un genocidio en la calle con jóvenes que pelean por la libertad, muchachos que sólo quieren Cuba libre, que ya llevan 62 años de dictadura, viviendo un sistema demencial, absolutista y que acaba con los sueños de todos”.
“Están limpiando las casas, están tocando las puertas como cuando el nazismo, sacando a la gente de las casas y encarcelándolos. Han desaparecido muchas personas. En “Plantados” (nombre que se le daba a los presos políticos) hubo quien creyó que exagerábamos, pero ahora pueden comprobar que la crueldad de los comunistas no tiene límites”, reafirma Vilaplana a NIUS.
También la popular actriz cubana Zajaris Fernández, mezclada entre la masa de asistentes, aunque con un papel muy activo en las redes sociales, busca la fuerza para recomponer el ánimo después de la intensidad con la que están viviendo el “despertar” de Cuba: “No hay comida, no hay agua, nos están matando, muchas madres se han suicidando porque han matando a sus hijos. Pero en Cuba, no queremos que nos manden nada, lo que queremos es trabajar, necesitamos producir, ser un país independiente”.
La llegada de la pandemia, ante la precariedad y falta de medios para combatirla, ha sido una de las razones por las que el pueblo cubano ha estallado. Pero en las inéditas protestas acontecidas en varias ciudades de la isla sobre todo exigen "libertad" y el "fin de la dictadura". Díaz-Canel, por su parte, justifica la situación económica del país culpando a sus vecinos estadounidenses como la raíz de los males que aqueja la isla, apuntando al embargo (al que Cuba llama bloqueo) de Estados Unidos.
“Esto no tiene nada que ver con el bloqueo. El bloqueo de hecho es falso, la situación es interna, del gobierno de Cuba, de su dictadura con Díaz-Canel, con el régimen de los Castro”, señala otro manifestante.
Entre los asistentes de una de las concentraciones convocada en Blue Lagoon, un hombre considera en voz alta que debería haber un “bloqueo completo”, incluso aunque haya que ir al aeropuerto, porque lo mejor sería “que no despegue ningún avión para Cuba”.
“Todos los cubanos que quieran mandar medicamentos a la gente de Cuba están apoyando a la dictadura, porque esa medicina no le va a llegar al pueblo, se la van a quedar los comunistas y después lo van a querer vender a un precio que nadie lo puede pagar”, apunta la cubana Jessica Cabrera a NIUS.
Milkos D Sosa, productor de teatro cubano, quien también estos días está muy pendiente de todo lo que sucede en su país, señala al respecto que “lamentablemente, ese ´bloqueo´ se lo ganó Cuba a pulso. Fue una medida que tomó Estados Unidos como respuesta a otras mucho peores” que el régimen castrista fue tomando a lo largo de la dictadura. “Además, -explica D Sosa-, uno no sabe realmente cuál es el alcance real del `bloqueo´ porque Cuba no permite que ningún organismo internacional entre allí para evaluar. El gobierno dice que le impacta todo, pero te das cuenta de que es mentira. Ni siquiera les interesa quitarlo porque es su justificación”.
Desde la isla caribeña comenzaron a llegar a través de las redes sociales imágenes dramáticas llenas de violencia por parte del gobierno ante la rebelión del pueblo cubano. Fueron precisamente internet y las redes sociales las que facilitaron el levantamiento espontáneo en diferentes ciudades de Cuba. Pero desde que el presidente Díaz-Canel bloqueó las conexiones en la red, la información que llega es mucho más escasa. Biden está valorando la posibilidad de restablecer la señal en la isla, pero de momento, no ha habido luz verde.
“Llevamos días sin hablar con la familia, nos manifestamos para pedirle al mundo un canal de conexión de internet, de comunicación. A los Estados Unidos, les decimos: vuélvanse creativos, que ustedes lo son para intervenir en Siria y en todos los países en nombre de la paz, por tanto, debemos ser también muy creativos y muy empáticos con la causa cubana”, sugiere la organizadora de uno de los encuentros.
También muchos cubanos presentes, así lo reflejan en sus pancartas, esperan que el país en el que ahora viven, tenga una participación más activa y concreta en la isla.
“Biden no está haciendo nada y estamos a 90 millas (145 kilómetros) de Cuba”, cuenta con decepción una manifestante cubanoamericana.
“Una intervención, eso es lo que necesitamos. Ninguna dictadura termina con diplomacia, nos avalan siglos de historia, Napoleón, Hitler, Lenin. Ni una sola dictadura ha terminado en paz, nunca. ¡Necesitamos ayuda!”, argumenta Zajaris.
La mayoría de los manifestantes con los que NIUS habla en las diferentes concentraciones convocadas, es partidaria de la intervención humanitaria y militar por parte de Estados Unidos aunque algunos dudan de que sea la opción más conveniente: “Sin duda necesitamos una ayuda pero no estoy seguro de que la intervención sea lo más acertado, tendríamos que ver, no sé, también me puedo equivocar”.
Lo cierto es que las probabilidades de que se de una intervención de esas características no están tan claras si tenemos en cuenta que Venezuela vivió una situación similar y no ocurrió nada. “De ahí la necesidad de que los cubanos en la isla sepan del apoyo que están teniendo fuera, puesto que les dará ánimo para mantenerse en pie y seguir levantándose y sublevándose en las calles”, considera un participante de las manifestaciones de Miami.
Aunque son miles de personas las que han salido a las calles a mostrar su apoyo al pueblo cubano, muchos tienen miedo a hablar ante las cámaras por si son identificados y el gobierno cubano toma represalias contra los familiares y seres queridos que permanecen en la isla.
Otros, como David Fernández, cuenta a NIUS que no tiene miedo a hablar porque “la libertad no es negociable”, al considerar que los familiares que tiene en Cuba son “rehenes de un régimen comunista”. “No son libres, no están viviendo en Cuba por su propia voluntad, son rehenes de un estado forajido, de la delincuencia organizada que significa tener una dictadura”, sostiene el joven cubanoamericano.
“Yo no tengo miedo y ningún cubano en el exilio ni dentro de Cuba debería tener miedo porque ese es el arma que usan los comunistas para reprimir al pueblo y para callar las voces que, como la mía, están exigiendo un cambio de régimen”, advierte.
Fernández, al igual que la inmensa mayoría de los cubanos, aguardan con fe y esperanza ese ansiado cambio de vida tras más de seis décadas de represión: “Estoy completamente convencido de que el pueblo cubano, después de haber probado el alcance de la libertad a través de esta rebelión popular, de saber qué se siente al salir a la calle y expresar tus pensamientos, se va a sentir más unido. Confío en que muy próximamente habrá grandes cambios en Cuba”.