A las bombas reales sobre Ucrania se suma otra guerra, la virtual que ya se venía librando mucho antes entre ambos países. En estos once días de invasión rusa los ciberataques se multiplican. Casi un 200% contra Ucrania en los primeras 72 horas de combate. Un 4% en el caso ruso, con objetivos gubernamentales y militares. También medios de comunicación.
Hasta Anonymous dice entrar en juego con una acción, asegura, sin precedentes contra el Kremlin mientras tumban sus canales durante algunos minutos con el himno ucraniano. 'Hacktivismo', de momento, casi imposible de identificar en su origen que no difiere mucho del que ya venía sucediéndose y que tiene en la aplicación Telegram uno de sus frentes más utilizados actualmente en la región.
Según un estudio de Checkpoint Research, siete de cada diez interacciones son para difundir imágenes y datos que en muchos casos esconden bulos y desinformación. También para coordinar ciberataques desde algunos grupos o para solicitar fondos solidarios con criptomonedas que acaban siendo, en su mayoría, una trampa.
La empresa de perspectivas y medios de comunicación, Zignal Labs, estima que los contenidos prorrusos en la red han crecido un 2.580% en la última semana. El temor principal es el de una reacción a gran escala por las sanciones a Moscú que podría sacudir los sistemas financieros y empresas del bloque occidental.
La mejor solución en cualquier escenario es la ciberseguridad preventiva. En un estado de máxima alerta en la red del que tampoco escapa España, que sufre diariamente ciberataques, según el CNI, de peligrosidad crítica.