Chumbana tenía tan solo 3 años cuando se enfundó sus primeros patines. Ahora a los 18 es la campeona de patinaje juvenil en Kenia.
La joven confiesa orgullosa que su sueño es que el deporte le ayude a traspasar fronteras, pero de momento los premios son para su familia, para comprar comida y ayudar a su madre, cuenta Chumbana. Y es que no lo ha tenido nada fácil.
Se ha enfrentado a una industria en la que apenas caben las mujeres. Según relata su entrenador, ha sido todo un desafío. Este tipo de deporte es demasiado duro y peligroso a ojos de la sociedad. Tampoco tiene parques para practicar. Chumbana mejora su técnica recorriendo las calles de Korogocho, uno de los barrios más pobres de Nairobi. Se desliza por un suelo complicado, cubierto de piedras y de basura, pero aun así su velocidad es inalcanzable.
Chumbana no tiene límites, ha conseguido ser la mejor de su país y no frenará hasta que conquiste el mundo sobre ruedas.