César Román Santalla, el joven oriundo de As Pontes, A Coruña, novio de la joven española fallecida en la explosión del hotel Saratoga en La Habana, Cuba, sigue luchando por sobrevivir a la gravedad de las heridas sufridas en el trágico suceso. Según los últimos informes, ha experimentado cierta “recuperación”, un dato que arroja “optimismo”, dentro de las difíciles circunstancias, tal como ha explicado el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, este mismo lunes.
"Las últimas noticias que nos trasladan es que, dentro de la gravedad, está teniendo una recuperación y, por tanto, hay que cogerlo con optimismo y hay que cogerlo con esperanza", ha manifestado Miñones ante las preguntas de los medios de comunicación.
Expresando “todo su afecto a las familias”, tanto del joven como de su novia, Cristina López-Cerón, fallecida por la explosión, y ha subrayado que todo el Ejecutivo y él mismo están en contacto directo con ellos y con la embajada del consulado.
La familia de César ya está en La Habana y la embajada está en contacto para que “les acompañe en todo lo necesario”.
Al mismo tiempo, el delegado del Gobierno ha explicado que se está intentando agilizar al máximo el proceso de repatriación de la joven fallecida, natural de Viveiro.
La intención, ha dicho José Miñones, es “acelerar lo máximo posible todos los plazos necesarios”. "Hay que hacerlo bien, es el objetivo principal", ha recalcado, recordando que se trata de "plazos normalmente largos", pero que están buscando “evitar ese tiempo de espera” a la familia, desolada tras el trágico suceso.
"Esperamos que esta semana pueda tenerse aquí el cuerpo", ha apuntado.
La explosión en el lujoso hotel Saratoga, en La Habana, sorprendía a todos el pasado viernes, día 6 de mayo. El estruendo y el derrumbe de parte de la fachada hacia presagiar inmediatamente lo que iba a ser una terrible tragedia. En total, hoy el balance de víctimas asciende a 35 muertos, entre ellos la española Cristina López-Cerón, quien se encontraba con César en un viaje turístico.
Más allá, todavía se estima que hay casi una veintena de desaparecidos a los que se sigue buscando entre los escombros del hotel de cinco estrellas; un alojamiento casi centenario ubicado en el centro de la capital.