Los hospitales en Tailandia están equipando a los recién nacidos con unos cascos faciales de plástico para ayudarlos a protegerse contra el coronavirus. Así lo han mostrado unas enfermeras del Hospital Praram 9 en Bangkok fotografiadas sosteniendo a dos bebés en una sala de maternidad. Otro hospital en la provincia de Samut Prakarn ha adoptado la misma medida.
“Tenemos medidas de protección adicionales para pequeños y amigos, con careta para recién nacidos. ¡Muy lindo!", escribió el hospital Paolo en su página de Facebook.
No es la única medida ingeniosa para frenar el COVID-19 que se ha visto en el país durante los últimos días. Así, Bangkok ha instalado máquinas expendedoras con mascarillas de tela en varias estaciones de tren urbano, a raíz de la imposición a todos los pasajeros de llevarlas durante su viaje para frenar la expansión del nuevo coronavirus. Las mascarillas, confeccionadas por presos del Departamento de Correccionales, se pueden adquirir por 0,7 euros.
"Queremos evitar el contacto físico y frenar la propagación del virus. Los compradores se sentirán más cómodos y seguros al comprar (las mascarillas) en las máquinas", explicó Wasin Vannapruges, director de mercadotecnia de Airport Rail Link.
El ministerio tailandés de Sanidad impuso desde el 25 de marzo el uso obligatorio de mascarillas para todos los viajeros en las cinco líneas de metro subterráneo y tren elevado de Bangkok con el objetivo de frenar la propagación del virus. A pesar de que el uso de mascarilla no es obligatorio en todo el país, los ciudadanos acostumbran a utilizarlas cuando se encuentran enfermos incluso antes de que comenzara la pandemia de la COVID-19.
Tailandia, que a mediados de enero fue el primer país en detectar infectados por el coronavirus fuera de China, ha informado de 50 nuevos casos de coronavirus y la muerte de una mujer de 43 años este viernes. De los nuevos casos, 27 están relacionados con infecciones previas, mientras que ocho personas esperan la confirmación de cómo contrajeron la enfermedad, según el Gobierno. Desde que el brote se intensificó en enero, Tailandia ha rgistrado un total de 2.473 casos y 33 muertes.