El carnet de la patria: el DNI de Maduro para controlar a la población
La tarjeta fue creada en 2017 y es indispensable para recibir los denominados “bonos económicos” que reparte el gobierno de Maduro
El Carnet se gestiona a través de la “Plataforma Patria”, una página web donde los venezolanos están obligados a acceder para conseguir subsidios en los alimentos o el combustible
La oposición al chavismo señala que el Carnet de la Patria es una forma de control social y político debido a la crisis económica que sufre el país
¿Se imaginan vivir en un país en el que más del 80% de la población tenga dificultades económicas para poder comer cada día, pero que existiese una página web donde su gobierno reparte dinero?
No es mucho, eso sí, apenas uno o dos dólares cada cierto tiempo y no a todos los ciudadanos, solo a los que tengan un Carnet especial que inventó el presidente, pero teniendo en cuenta que su salario mínimo mensual no llega ni siquiera a esa cantidad, parece una fortuna, ¿no creen?. El salario medio mensual en Venezuela, el país con mayores reservas de petróleo del mundo no alcanza los 3 dólares.
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¿Se inscribirían en esa página web a cambio de ese “beneficio”?
En Venezuela, no es un supuesto de la imaginación ni una pregunta retórica. Es una realidad. El gobierno de Nicolás Maduro inventó en enero de 2017 un carnet y una página web que se llaman “Carnet de la Patria” y “Plataforma Patria” respectivamente, y hacen precisamente eso, entregan míseras cantidades de dinero regalado a sus ciudadanos pauperizados, pero ¿a cambio de qué? En palabras del mandatario, se trata de “un instrumento para proteger a las familias de la guerra económica” y del acoso del imperialismo de EE.UU contra el país caribeño.
El Control total de los ciudadanos a través del carnet
En la práctica, se ha convertido en un sistema perverso de control social y manipulación psicológica en medio de la fuerte crisis a todos los niveles que vive Venezuela. En palabras del politólogo venezolano Luis Salamanca en entrevista con NIUS, “el Carnet de la Patria funciona como un clientelismo autoritario. Yo te doy algo a cambio de que tú me des apoyo político, pero si no me lo das, te quito el beneficio”. Chantaje maquiavélico en estado puro.
O utilizando una metáfora tremendamente gráfica, Salamanca asegura que “el Carnet es como si fuese una ambulancia que va recogiendo a los heridos de muerte que ha dejado la crisis en Venezuela y la mala gestión de este gobierno que no cuenta con el apoyo popular que necesita. El Carnet les lleva una platica (dinero) para que no se mueran y dependan así cada vez más de las instituciones”, sostiene el politólogo que considera que estos mecanismos son un intento desesperado de Nicolás Maduro de recuperar un electorado que ha venido perdiendo desde el año 2015, cuando el chavismo perdió las elecciones de la Asamblea Nacional.
Los beneficios otorgados a través de este sistema chavista de tarjeta personalizada y página web de recopilación de datos, tejen una red de dependencia cada vez más fuerte entre la sociedad empobrecida (según la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, más del 80% de los venezolanos vive en condiciones de pobreza extrema) y un gobierno blindado por sus propios métodos de compilación de información (es un trabajo de Big Data en modo rústico).
Fiscalizan a través de estos métodos “Patria” las necesidades de los venezolanos y les prometen “regalos” miserables desde un punto de vista objetivo en cuanto a cantidad y valor material, a cambio de apoyo político y votos.
Es el condicionamiento clásico del premio-castigo más primario. Los venezolanos son el perro de Pavlov, pero con conciencia despierta de la humillación por necesidad y sin capacidad para elegir otro estímulo-respuesta.
Está funcionando, por lo tanto, al menos en la apariencia o la estética para el discurso político de propaganda. Nicolás Maduro presume de que ya hay más de 18 millones de venezolanos que cuentan con el Carnet de la Patria (son “los carnetizados”), y el título cada vez resulta más indispensable para cualquier trámite cotidiano, así que resistirse a hacérselo por una cuestión de convicción política o moral, se torna cada vez más difícil.
Se trata de una especie de documento nacional de identidad (hoy en día es requisito indispensable por encima incluso de la propia cédula venezolana oficial para realizar trámites administrativos o bancarios) que cuenta con un código QR que almacena toda la información del individuo. El Carnet está vinculado a la denominada Plataforma Patria, la página web donde los venezolanos están obligados a registrarse si quieren acceder a los denominados “bonos”, que nacieron a finales de 2017 y son los beneficios económicos que el gobierno entrega de manera aleatoria a los que poseen este Carnet en función de sus “necesidades”.
Sin Carnet de la Patria no hay dinero, aunque aún así sea una lotería. No todos los venezolanos en condiciones socioeconómicas similares reciben los mismos bonos o beneficios. O de repente, una persona deja de recibir un bono sin explicación. No hay lógica, pero sí hay un registro en la Plataforma de su actividad “chavista”.
¿En qué consisten los bonos y cómo se reparten?
Existen diferentes tipos de bonos. Uno de los más comunes es el denominado bono “Hogares de la Patria”, que entrega una determinada cantidad de dinero a las familias que se inscriban en el sistema y dependiendo del número de miembros recibirán un monto u otro. El bono “Amor Mayor” para personas de la tercera edad supone que los mayores de 60 años reciben casi el equivalente a un dólar cada mes; o el bono “Niño Jesús” o “Parto Humanizado”, como premio a las mujeres embarazadas o con hijos. En ningún caso, la cantidad de dinero supera los dos dólares al cambio oficial de la moneda nacional (el Bolívar) y la entrega es puntual o en el caso del bono para los ancianos, mensual. Es su pensión por jubilación de la vida laboral, supeditada a la plataforma.
Al comienzo de la pandemia por el coronavirus, Maduro anunció que entregaría un “bono especial del coronavirus” y el bono “#QuédateEnCasa”. El gobierno aseguró también que el control, censo y pruebas de COVID-19 se harían única y exclusivamente a través de este sistema oficialista, algo que suscitó las críticas de la oposición. Para el politólogo Luis Salamanca se trata de “una política discriminatoria y segregacionista”. Pero no es la primera vez que el chavismo supedita un programa esencial de salud a formar parte de su método e inscribirse a su web de control.
Uno de los programas sociales que nació a la par que el Carnet y la Plataforma Patria fue el 0800 Salud Ya, una línea telefónica a la que las personas pueden llamar, explicar sus necesidades sanitarias y recibir a cambio atención y medicamentos fundamentales imposibles de conseguir en farmacias o solo accesibles a precios elevados fuera del alcance de la mayoría debido a los bajos salarios y la hiperinflación imperante. Lo primero que preguntan los teleoperadores de esta línea es si se posee el Carnet de Maduro.
El Carnet de la Patria está vinculado con el denominado “Monedero Patria” al que los venezolanos acceden a través de la web ya mencionada “Plataforma Patria”, donde se deben registrar para controlar esta economía de bonos. Su monedero virtual estará vinculado con su cuenta bancaria donde podrán transferir sus bolívares.
Pero la Plataforma Patria se ha convertido en mucho más que una página web para recibir los subsidios. Actualmente es prácticamente el centro obligado de las rutinas y las necesidades de los venezolanos, y en consecuencia se trata de la página de internet más visitada del país junto a Google y YouTube.
Por ejemplo, solo a través de la Plataforma Patria, los venezolanos pueden acceder a los 120 litros mensuales de gasolina a precios subsidiados a los que tienen derecho por el mero hecho de ser connacionales. Si no se registran en esta web ni registran sus vehículos con toda la información al respecto, no tendrán derecho a surtirse de combustible a un precio simbólico prácticamente gratuito. En las gasolineras se pide el registro de la Plataforma Patria y hasta la huella biométrica en ocasiones; y si no se posee, el usuario estará abocado a echar gasolina en las estaciones de servicio que ofrecen el combustible a precios internacionales, a 0,5 dólares el litro, de nuevo una cantidad inalcanzable para la mayoría de la sociedad venezolana acostumbrada además a la gratuidad del servicio durante décadas por la condición de Venezuela como país petrolero por excelencia.
Otro de los beneficios otorgados a través de la Plataforma Patria es el denominado CLAP, la caja de comida subsidiada por el gobierno que una vez cada dos meses (más o menos) llega a millones de familias. Su origen se remonta a finales de 2016, en mitad de uno de los años más fuertes de la crisis donde los alimentos desaparecieron en masa de las estanterías de los supermercados. El nacimiento del Carnet y la Plataforma Patria estuvo estrechamente vinculado al reparto del CLAP. Fue el comienzo del control del hambre.
La calidad (y la cantidad) de los productos que vienen en su interior ha ido empeorando a medida que la crisis se ha ido profundizando en el país caribeño. En la actualidad, la caja llega cada vez más tarde y apenas trae unos cuantos productos de alimentos no perecederos como espaguettis, arroz blanco y azúcar, todos importados de Turquía, Irán, México o Colombia.
El miedo a perder estos “premios” indispensables para la mayoría por necesidad, ha provocado que muchos venezolanos se inscriban en la web y que se vean obligados a mirarla a diario para casi todo, la mayoría de las veces ansiosos “a ver si ha caído un bono”.
Esta dependencia es aprovechada por el gobierno de Nicolás Maduro que utiliza la Plataforma Patria para realizar encuestas a la población sobre temas de su interés político como la recientemente aprobada Ley Antibloqueo, una ley muy controvertida ratificada la semana pasada en la Asamblea Nacional Constituyente y que permitirá aumentar el poder exclusivo del Ejecutivo respecto a las riquezas esenciales del país como el oro y el petróleo, sin posibilidad de réplica del resto de poderes y con derecho de confidencialidad.
Otro test que anteriormente realizó el sistema web fue sobre las sanciones de EEUU. Estas encuestas son lo primero que el usuario venezolano encuentra cuando entra en su perfil de la Plataforma Patria y es imposible continuar navegando si no se responde primero. De esta manera, Nicolás Maduro pudo afirmar sin cesar en sus discursos públicos durante las últimas semanas que el 98% de los venezolanos está en contra de las sanciones del gobierno de Donald Trump o que ese mismo porcentaje ha respondido a las preguntas sobre la aprobación de la Ley Antibloqueo.
¿Por qué es un instrumento de control político?
La primera elección en la que el Carnet estuvo presente fue durante los polémicos comicios en julio de 2017 de la Asamblea Nacional Constituyente. En aquel momento, fue el propio Nicolás Maduro el que señaló que todos los carnetizados debían acudir a votar y después registrar que lo habían hecho a la salida de los colegios electorales, en los comúnmente conocidos como “Puntos Rojos”, puestos improvisados en la calle y gestionados por chavistas o miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que aparecen siempre durante las jornadas electorales a pesar de violar la Constitución con su presencia.
Unos meses después de la constitución de la ANC, en las elecciones presidenciales de mayo de 2018, Nicolás Maduro declaró unos días antes de la fecha de los comicios que “todo el que tenga Carnet de la Patria tiene que votar. Estoy pensando en darle un premio al pueblo de Venezuela que salga a votar ese día con el Carnet de la Patria”.
El miedo como estrategia. La doctrina del shock, y la tecnología china
Según una investigación publicada por la agencia Reuters, el gigante chino de telecomunicaciones ZTE Corp es el responsable de la inteligencia artificial y desarrollo del Carnet de la Patria y la Plataforma Patria. El gobierno chino utiliza desde hace años tarjetas inteligentes mucho más avanzadas para controlar y hacer un seguimiento del comportamiento social, político y económico de su población.
Según señala la agencia en su investigación, Venezuela contrató en 2017 a ZTE por 70 millones de dólares para reforzar “la seguridad nacional” y armar una base de datos con los carnets y un sistema de pago móvil vinculado a las tarjetas. Además, Reuters desveló que un equipo de empleados de ZTE Corp se instaló en las oficinas de CANTV en Caracas, la compañía estatal de telecomunicaciones de Venezuela que administra la base de datos de los ciudadanos.