Cadena perpetua para un caníbal ruso que descuartizó y se comió a sus amigos

  • Descuartizó a sus víctimas y tiró las partes que no se comió a un río

  • Durante el juicio, el acusado alegó falsos problemas mentales

  • Sus polémicos hábitos alimenticios también incluían a gatos y perros

Eduard Seleznev, el 'Caníbal de Arkhangelsk', ha sido sentenciado a cadena perpetua tras matar, hervir y comerse a tres de sus amigos. Sus polémicos hábitos alimenticios también incluían a gatos, perros y pájaros.

La Corte Suprema de Rusia ha confirmado la cadena perpetua del caníbal tras una apelación fallida de sus abogados. Eduard Seleznyev, de 51 años, de la región noroeste de Archangelsk Oblast, fue así declarado culpable de matar a tres de sus amigos entre marzo de 2016 y marzo de 2017.

Seleznyev admitió haber apuñalado a sus víctimas, de 59, 43 y 34 años, mientras estaban inconscientes por el alcohol. Después hirvió los cuerpos y se comió las sobras cocidas.

Descuartizó a sus víctimas y tiró algunas partes de sus cuerpos a un río

Tras el asesinato, Seleznyev les cortó por piezas y, según sus preferencias, echó algunas partes al río y otras las guardó en bolsas plásticas. Después se mudó al apartamento de una de sus víctimas.

Les dijo a los padres del hombre fallecido y devorado que su hijo se había ido a trabajar a otra ciudad. Las otras dos víctimas no tenían familiares que las buscaran.

Lo mismo le dijo a las autoridades, cuando los parientes denunciaron la desaparición. Pero cuando la policía encontró los restos de los tres hombres en el río la coartada del caníbal se desplomó. Los agentes hallaron trozos de humano en avanzado estado de desintegración.

Por si no fuera poco, los agentes descubrieron que Selezniev cocinaba perros, gatos, pájaros y otros animales pequeños que encontraba en las calles.

Durante el juicio, el acusado alegó falsos problemas mentales

El código penal ruso no incluye el canibalismo, por lo que el acusado fue juzgado por asesinato y uso indebido de partes del cuerpo de las víctimas.

Según medios locales, durante el juicio Selezniev intentó hacerse pasar por loco y afirmó que cometió el macabro crimen siguiendo "unas voces" que oía en su cabeza. Pero los psiquiatras forense lo declararon "cuerdo y plenamente responsable de sus actos".

Tras revaluar las pruebas, la Corte Suprema selló su suerte. Seleznev deberá cumplir cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.