Los camioneros españoles ya no pueden más. Atrapados en Dover por culpa de la pandemia y la nueva cepa desatada en Reino Unido, –mucho más contagiosa y por tanto con mucha más facilidad para propagarse y extenderse–, ahora muchos se resignan a despedirse definitivamente de pasar la Navidad junto a sus familias. Por muchas horas estén al volante, no llegarán a tiempo desde Reino Unido.
De madrugada empezaban a hacer las primeras pruebas de diagnóstico para autorizar la salida, pero el proceso demostraba ser eterno: “Va lentísimo lentísimo, y están saliendo camiones muy poco a poco”, explicaba un afectado a Informativos Telecinco.
Otro, daba muestra a su vez del desconcierto y la desesperación que viven en el lugar: “No tenemos información ninguna todavía. Nadie nos dice nada, no vienen las autoridades…”
El retorno, como la información, les llega con cuentagotas. En Manston, el Ejécito era el que informaba a los transportistas de que los test no han llegado.
“Ni la propia gente del Ejército sabe que es lo que tiene que hacer, ni en qué orden”, han denunciado los camioneros.
La situación es desoladora, y lo único que quieren es volver cuanto antes porque a muchos ya ni siquiera les queda comida.
“El 25 y el 26 cierran los restaurantes y cierran los supermercados”. “Prácticamente no me queda comida. ¿Cómo me las voy a arreglar?”, lamentan los afectados.
Lejos de ellos, sus familias también siguen las noticias y la evolución de su situación con gran preocupación. Pocos han podido salir ya, y la mayoría saben que de hacerlo pasarán la Nochebuena en la carretera, como el caso de Valentin, cuya familia expresaba a Informativos Telecinco la esperanza de poder pasar al menos la Nochevieja juntos.
Eso, en última instancia, es ahora el deseo de miles trabajadores que siguen atrapados.