La caída del petróleo arrastra a Rusia a una crisis de final incierto
La falta de acuerdo entre la OPEP y Moscú fue el caldo de cultivo para el hundimiento de la divisa rusa.
La decisión del Kremlin de romper relaciones con la OPEP a principios de mes y la crisis global del coronavirus han generado la tormenta perfecta, un huracán de caídas de precios que golpea directamente a la línea de flotación del presupuesto ruso, el barril de Brent, que pasó de los 50 dólares por barril el pasado día 5 de marzo a los 34 actuales.
El batacazo arrastró consigo a la divisa nacional, que va siempre pareja al precio del petróleo, para bien o para mal. Así, si la semana pasada un euro eran 67 rublos, hoy son 84, algo que complica sobre manera la economía del país, muy dependiente de productos foráneos.
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Para Mikhail Subbotin, investigador principal del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de Moscú la actual situación era la esperable ante una crisis mundial, debido en gran medida por la inercia histórica de las autoridades rusas de dormirse en los laureles en tiempos de bonanza: “Cuando todo va bien, cuando el precio es estable, nadie quiere tomar medidas”.
Economía golpeada
Las caídas generalizadas en bolsa golpearon la economía rusa el lunes pasado, día festivo en Rusia, y para cuando las autoridades trataron de controlar la caída del rublo, un día más tarde, con la congelación de la compra de divisas con reservas estatales, la caída ya estaba estabilizada en los 82-84 rublos por euro, aunque las autoridades parecen satisfechas de haber evitado un escenario de 100 rublos por euro.
Pese a la crisis Moscú parece decidida a mantenerse en su posición de enfrentamiento con la OPEP, “La industria petrolera rusa tiene recursos de calidad y suficiente fortaleza financiera como para seguir siendo competitiva en cualquier nivel de precios, así como para mantener su cuota de mercado” dijo el Ministro de Energía ruso Alexander Novak.
Para los expertos las relaciones, acuerdos o desacuerdos entre Rusia y la OPEP tienen un alcance limitado sobre la actual situación, Mikhail Subbotin asegura que “la economía rusa, y por descontado la mundial, depende de los dos caballos de carga que son la economía china y la estadounidense, si cualquiera de los dos se para a descansar, el mundo se detiene. El actual precio del petróleo responde sólo a una cosa, el libre mercado”.
Ahora es crucial saber si Rusia está preparada para aguantar la presión de una crisis que se prevé larga. “Según el ministro de Finanzas Anton Siluanov, las reservas nacionales permitirían aguantar una larga noche de depresión unos 5 años, previsiones más realistas rebajan esa cifra a 3 años, y las más pesimistas las dejan en un año.” Nos dice Subbotin.
Desde el gobierno ruso y su Ministerio de Finanzas se ha asegurado que el país está preparado para cumplir con sus obligaciones sociales con la población, una población que ha día de hoy no parece muy alarmada por la crisis económica, sino por la sanitaria del coronavirus.