Una nueva encuesta ha indicado que uno de cada seis adultos británicos no ha podido adquirir alimentos y productos esenciales en las últimas dos semanas debido a la crisis de abastecimiento. Ello ha llevado a que algunos compradores hayan entrado en pánico y hayan hecho cola frente a una tienda Costco en Manchester para abastecerse, entre otras cosas, de una cantidad ingente de rollos de papel higiénico, al igual que sucedió en plena pandemia.
Los británicos acudieron en masa al punto de venta de la cadena estadounidense cuando las puertas se abrieron a las 11:00 horas. Un estudio de la Oficina de Estadísticas Nacionales mostró que el 17% de los adultos encontraron que los alimentos esenciales que querían no estaban disponibles, mientras que casi una cuarta parte halló el mismo problema con los alimentos no esenciales.
Una encuesta de 1.000 personas realizada por la revista minorista The Grocer sugiere que dos tercios están preocupados o muy preocupados por la posibilidad de escasez de alimentos y bebidas durante el periodo navideño. De hecho, los expertos minoristas instan a las familias a comprar su cena de Navidad con anticipación e incluso mantenerla en el congelador en medio de los crecientes temores sobre los estantes vacíos de los supermercados antes del 25 de diciembre.
La escasez de productos y los estantes vacíos pueden incluso haber costado a los 'cuatro grandes' supermercados de Gran Bretaña -Tesco, Sainsbury's, Asda y Morrisons- la asombrosa cifra de 2.000 millones de libras (más de 2.350 millones de euros) en ventas perdidas en lo que va de año.
Mientras tanto, el jefe del gigante internacional de alimentos Kraft Heinz, famoso por su salsa de tomate y frijoles horneados, admitió que estaba listo para aumentar sus precios en varios países, diciendo que la inflación había subido "en todos los ámbitos".
Explicó que "estamos incrementando los precios, cuando es necesario, en todo el mundo. Concretamente en el Reino Unido, con la falta de camioneros. En Estados Unidos, los costos logísticos también aumentaron sustancialmente, y hay una escasez de mano de obra en ciertas áreas de la economía".
Gran Bretaña se enfrenta a múltiples crisis ya que los problemas de la cadena de suministro causados por la escasez de conductores de vehículos pesados se combinan con el repunte de la inflación, la espiral de los precios de la gasolina, la escasez de combustible en Londres y el sudeste del país y los aumentos de impuestos para la próxima primavera.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, quien insiste en que "no es el trabajo del Gobierno entrar y solucionar todos los problemas", ha nombrado a Sir Dave Lewis, exjefe de Tesco, como su nuevo zar de crisis de la cadena de suministro, encomendándole eliminar los "bloqueos".
Con todo ello, Johnson ha optado por irse de vacaciones a Marbella con su esposa embarazada, Carrie Symonds, y su hijo Wilf, de 17 meses, en un movimiento que probablemente desagradará a los líderes empresariales que habían criticado su discurso "vacuo" y "económicamente analfabeto" en la Conferencia del Partido Conservador, celebrada la semana pasada en Manchester.