Las fiestas de Downing Street, en pleno confinamiento de la población, en el peor momento de la pandemia del coronavirus, han sido uno de los mayores escándalos recientes de la política del Reino Unido. Todas las miradas apuntaban entonces hacia Boris Johnson, primer ministro británico y maestro de ceremonias, a quien estos festejos a punto estuvieron de costarle su salida de la política.
Pero el líder del Partido Conservador ha resistido al escándalo y finalmente será simplemente ha sido multado por la Policía Metropolitana. Boris Johnson ha confirmado que ya ha hecho frente a esa multa "inmediatamente", pero que no dimitirá, tal y como muchos rivales políticos siguen pidiendo, aunque es cierto que ahora, admiten, con la guerra de Ucrania, no es momento de cambiar de líder.
El 'premier' ha explicado que el día de la fiesta por la que ha sido multado, el 19 de junio, fue una jornada marcada por hasta ocho reuniones desde las 7.00 horas y que tras estas tuvo lugar una reunión de apenas diez minutos en la Sala del Gabinete donde los presentes le trasladaron "amablemente" sus "buenos deseos" con motivo de su cumpleaños. "Tengo que decir con toda franqueza que, en ese momento, no se me ocurrió que esto podría haber sido una infracción de las reglas", declaró. Johnson ha hecho historia al convertirse en único primer ministro británico, el único en funciones, que ha quebrantado la ley.
La Policía multará a primer ministro junto a otra treintena de personas, entre las que también figura el ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, según ha confirmado el Gobierno británico, ha informado la BBC. En su comunicado, la Policía no ha detallado la identidad de las personas sancionadas, aunque ha asegurado que intenta "hacer progresos" en la investigación sobre los eventos lo más rápido posible.