El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, vuelve al foco de la polémica por otra actitud despreocupada ante la pandemia de coronavirus que ha infectado en Brasil ya a más 7,7 millones de personas, de las cuales más de 195 000 han fallecido.
El presidente brasileño, seguido de sus guardaespaldas sin distancia de seguridad, ni mascarillas, se ha lanzado al agua en una playa ante una multitud de bañistas incondicionales en Praia Grande, donde estaba de vacaciones en la Baixada Santista.
Los bañistas corean al mandatario y hasta lo alzan a hombros. Bolsonaro ha sido fuertemente censurado por fomentar una aglomeración en uno de los países en donde el coronavirus se ha cobrado más vidas.
Según las cifras de las autoridades sanitarias, 7 700 578 personas se han contagiado de la enfermedad desde el estallido de la pandemia, mientras que 195 411 han perdido la vida a causa de la enfermedad, ya que se han registrado otras 462 muertes en las últimas 24 horas.
Aún así, Bolsonaro, sigue poniendo en duda "todo ese pavor" en torno a la enfermedad. "Con menos de 40, casi nadie lo contrae. O si se contrae, es asintomático. ¿Para qué todo este pavor? La vida tiene que continuar. No cometí ningún error", manifestó tras participar unos minutos en un partido de fútbol benéfico, en el que tuvo tiempo de meter un gol mientras caía de bruces al suelo.
Además, Bolsonaro ha sido criticado en las últimas semanas ante la falta todavía de un calendario de vacunación, que él justifica explicando que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) no ha recibido todavía ninguna solicitud de registro o de uso de emergencia por parte de las farmacéuticas.
"Brasil tiene 210 millones de habitantes, entonces es un enorme mercado de consumidores para cualquier cosa. ¿Los laboratorios no deberían estar interesados en vendernos? ¿Por qué no presentan la documentación en Anvisa?", se ha preguntado Bolsonaro.
"La gente dice que yo tengo que ir detrás. No, si yo soy el vendedor, soy yo quien se presenta", dijo Bolsonaro a sus simpatizantes a las puertas del Palacio de la Alvorada antes de poner rumbo a Santos.