Bélgica: educación especial con el objetivo de integración en el sistema ordinario
La educación especial se implantó en el país en 1970
Desde 2009 existe una enseñanza especial adaptada a niños autistas
Hace más de un siglo que el sistema escolar belga intentó dar respuesta a la necesidad de escolarizar de forma adecuada a los niños con algún tipo de discapacidad. La ley de 19 de mayo de 1914 fue el primer intento aunque por entonces se hablaba de 'niños anormales'. Como en 1924, cuando la preparación para los profesores empezó a incluir un “certificado de aptitud para la educación de anormales” y se empezaron a crear grupos de alumnos con discapacidades en las escuelas públicas ordinarias.
Una ley de 1970 empezó a modernizar aquel sistema. Se creó oficialmente la educación especial para niños y jóvenes de tres a 21 años y se incluyó seguimiento pedagógico y paramédico. Se crearon escuelas especializadas y se organizó el transporte escolar. En 1986 se permitió por primera vez que los niños con alguna discapacidad física, sordera o ceguera pudieran acudir a la escuela ordinaria.
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Discapacidades leves a la escuela ordinaria con apoyo especial
La evolución ha sido ir integrando en el sistema ordinario a los niños con discapacidades leves y, desde 2004 se puso el foco en que los medios y profesores de la educación especial se dedicaran a la integración de los niños con discapacidades leves en el sistema ordinario.
El sistema también ha ido hacia la especialización dentro de la educación especial. Desde 2009 existe una enseñanza especial adaptada a niños autistas y polidiscapacitados. Pero el sistema también se dedica a niños con dificultades de aprendizaje o de comportamiento, a cualquiera que muestre problemas para seguir el curso normal de la educación ordinaria.
Se trata, explica el departamento de Educación de la Comunidad francófona belga, de que “el alumno evolucione como en la enseñanza ordinaria, a su ritmo, gracias a una acogida pedagógica que permita individualizar la enseñanza”. El personal educativo recibe apoyo especializado de personal paramédico, psicológico y de servicios sociales.
Con datos de 2017 del departamento de Educación de la Comunidad Francófona, en Bruselas y Valonia había 36.500 alumnos escolarizados en enseñanza especial, ya fuera en centros especializados o en centros ordinarios con apoyo especializado. En la comunidad flamenca eran, según un informe de la OCDE, unos 60.000 niños, de los cuales una cuarta parte acude a colegios ordinarios donde recibe atención especializada y tres cuartas partes a centros especializados.
La idea de la atención especializada en centros ordinarios, explica el departamento de Educación de la Comunidad Francófona belga, trata que “el alumno evolucione como en la enseñanza ordinaria, a su ritmo, gracias a una acogida pedagógica que permita individualizar la enseñanza”. El personal educativo recibe apoyo especializado de personal paramédico, psicológico y de servicios sociales.
Cada niño tiene un PIA, un plan individual de aprendizaje. Ese plan trata de coordinar actividades pedagógicas, paramédicas, sociales y psicológicas y enumera los objetivos particulares de ese niño. Es un documento que se crea por la escuela con ayuda en colaboración con los padres y que se va ajustando en función del avance del niño. Cuando empieza la escolarización, son los padres, con el consejo de los profesionales, quienes deciden si el niño va a un centro de educación especial o a un centro ordinario con atención especial.
Ocho tipos de alumnos con necesidades específicas
El sistema divide a los niños con discapacidades en ocho grupos. Seis de esos grupos reciben atención especial desde el preescolar y para los que tienen un “retraso mental ligero” y “problemas de aprendizaje” la educación especial empieza en primaria. El sistema sigue al alumno hasta el fin de la secundaria.
Se divide a los alumnos con alguna discapacidad en ocho grupos: con un retraso mental ligero, con un retraso mental moderado o severo, con problemas de comportamiento, con deficiencias físicas, con enfermedades que perturban el aprendizaje, con deficiencias visuales, con deficiencias auditivas y con problemas de aprendizaje.
Los niños con necesidades especiales pueden ser inscritos en el sistema en cualquier momento del curso. Para su inscripción los padres necesitan un informe que precise qué tipo de enseñanza necesita el niño. Ese informe se hace en base a exámenes médicos y pedagógicos.
Obtención de certificados escolares e integración laboral
Los niños van moviéndose entre cuatro niveles de madurez y pueden ir saltando de uno a otro durante el mismo curso escolar según su aprendizaje. El objetivo es que consigan obtener el CEB (Certificado de Estudios de Base, el equivalente al Graduado Escolar). Para quienes no consiguen el CEB hay certificados que muestran su formación en materias profesionales como hostelería, servicios personales, agricultura o administración.
La educación especial sigue en secundaria dividida en cuatros formas: de adaptación social que busca la inserción en un medio de vida adaptado, de adaptación social y profesional que busca dar una formación general y profesional que permita al alumno acceder a un empleo adaptado, enseñanza profesional que permita obtener un empleo que no tenga que ser adaptado y enseñanza general técnica, artística o profesional.
Este último es básicamente igual que la enseñanza secundaria para adolescentes sin discapacidad pero con una metodología adaptada. Algunos de los últimos tres grupos pueden hacer prácticas laborales mientras siguen escolarizados.
Paso de educación especial a ordinaria
El sistema también busca que los alumnos con necesidades especiales puedan integrarse en la educación ordinaria de forma temporal o permanente, aunque siguen recibiendo una atención especializada. Para eso hay coordinación entre los responsables de educación ordinaria y de educación especializada, además de con los padres.
Los padres son los responsables últimos de la decisión de que el niño con alguna discapacidad vuelva al sistema escolar ordinario. Y el niño puede en teoría estar inscrito a la vez en educación especial y ordinaria, pero esa doble inscripción necesita la aprobación de los especialistas de la educación especial.
La enseñanza especializada puede también ser dispensada a domicilio para los alumnos que no pueden acudir al centro escolar porque la gravedad de su hándicap es impide moverse acudir en transporte.