Un fatal error provocó la muerte de un bebé recién nacido en un hospital de Sidney, Australia. Así lo ha determinado la investigación sobre el fallecimiento de John Ghanem, en julio de 2016julio de 2016. Desde entonces, sus padres no han parado hasta que se hiciera Justicia y se explicara cómo y por qué falleció su hijo.
John murió apenas una hora después de nacer cuando los médicos le administraron por error gas de la risa en lugar de oxígeno, según ha revelado una investigación ante el Tribunal que juzga el caso. Los médicos trataron de ayudarlo a respirar tras nacer en el Hospital Bankstown-Lidcombe en Sidney, Australia, en julio de 2016.
Sin embargo, un error en el etiquetado provocó el desastre. Los tubos de oxígeno y óxido nitroso en uno de los quirófanos habían sido mal etiquetados años antes. Estos fueron conectados a la unidad neonatal sin una revisión adecuada y la confusión pasó desapercibida durante más de un año hasta que ocurrió una desgracia.
Los instaladores fueron escuchados durante el juicio en un tribunal de Lidcombe Coroners y estos confirmaron que las líneas se conectaron sin una revisión adecuada a un panel de gas médico neonatal instalado en julio de 2015.
El testigo Stuart Clifton, ingeniero, contratado para investigar lo ocurrido, dijo que el problema fundamental era que no se llevó a cabo el proceso de puesta en servicio adecuado. “Se cometió un error, ese error debería haberse detectado". Bastaría -según explicó- "una prueba de 90 segundos para detectarlo".
Otra recién nacida, Amelia Khan sufrió daño cerebral por la misma causa, ocho semanas antes de la muerte de John. La niña requirió ventilación en el quirófano y también le fue administrado óxido nitroso en vez de oxígeno. Todos los médicos pasaron por alto el error y solo uno de ellos tuvo la corazonada al notar sorprendentes similitudes entre este incidente y la muerte de un niño en la India debido a una mezcla de estos gases.