Irrumpió en un festival anual de comida de la localidad de Gilroy, en California, EEUU, tras cortar la cerca de acceso al recinto. Lo hizo armado con un rifle de asalto, un AK-47 con la que abrió fuego de forma indiscriminada contra la multitud que se congregaba en la zona.
‘Lo hago porque estoy muy enfadado’, habría gritado, según afirman numerosos testigos que aseguran haberle escuchado.
En total, su macabro acto dejó tres muertos, –un niño de 6 años, otro de 13 y un joven de 20–, además de 15 heridos.
Según ha manifestado la policía en una rueda de prensa, aún se desconoce el móvil del tiroteo que desató el pánico en el festival gastronómico.
Las autoridades lograron abatir al agresor, pero siguen buscando a un posible cómplice.