"Sobreviviremos". Es lo que dicen los habitantes de Austria, donde casi nueve millones de austríacos vuelven a un confinamiento duro debido al drástico aumento de contagios por covid y al bajo nivel de vacunados. Austria vuelve a cerrar el comercio no esencial, la gastronomía, museos, eventos culturales y espectáculos, convirtiéndose en el primer país de Europa que impone un confinamiento en todo el país para frenar la cuarta oleada de la covid en este invierno.
Los austríacos podrán salir de casa, además de para la compra de alimentos, medicamentos y otros productos de necesidad básica, para ir al trabajo o a los centros educativos. Además, también se permite "la recreación física y mental al aire libre". Lo que incluye, por ejemplo, ir en tren a esquiar. Asimismo, es posible salir para atender a personas necesitadas de apoyo, "ejercer los derechos y responsabilidades familiares con los parientes y contactos cercanos", para satisfacer "las necesidades religiosas básicas" o para el cuidado de los animales.
Es posible ir al médico y a los centros de vacunación y test de covid, o hacer "uso de los instrumentos de la democracia", como participar en manifestaciones. Las mascarillas FFP2 son obligatorias en todos los lugares públicos cerrados y también en el trabajo, donde además hay que mantener una distancia física de al menos dos metros entre las personas. Las autoridades han pedido que todo el que pueda trabaje desde casa. Los eventos del deporte profesional, como el fútbol, tendrán lugar sin público.
Eso sí, hoy las calles de Viena ya se veían más desangeladas. De nuevo hablamos de cierre de comercios o de la hostelería. Como mínimo 20 días. Un golpe duro en plena campaña navideña para los negocios. Franz, su propietario, se resigna ante este nuevo cierre. Los mercados navideños también echarán el cierre justo la semana de su inauguración. El golpe económico es durísimo. Nos lo cuenta Jon, que recuerda que los costes en los establecimientos son constantes. La situación también ha cogido desprevenidos a muchos turistas españoles, que ahora se ven confinados.
En Austria solo 6 de cada 10 personas se han vacunado. Conscientes que este cierre sería innecesario si se hubieran puesto las dos dosis antes, muchos austríacos acudían hasta la misma catedral de San Esteban -habilitada como centro de vacunación- para ponerse la primera dosis. Austria intentará salvar la Navidad, aunque la sensación es que ya se ha llegado demasiado tarde.
A partir de hoy, las restricciones de salida se aplicarán nuevamente a todos los austriacos, en un nuevo confinamiento que durará 20 días y con el que el país alpino pretende poner freno a la más contagiosa de todas las olas de la pandemia hasta el momento. El gobierno de Viena acaba de anunciar además otra drástica medida: todos los residentes tendrán que vacunarse obligatoriamente a partir de febrero, convirtiendo así al país en el primero europeo en obligar a vacunarse. "Hemos adoptado una decisión muy difícil obligados por las circunstancias, nos vemos forzados a adoptar una vacunación obligatoria", ha declarado el canciller Alexander Schallenberg, "a pesar de meses de persuasión, no hemos podido convencer a suficientes personas para que se vacunen".
Desde el lunes, Austria vivirá su cuarto cierre nacional, después de que cuatro cantones hubiesen anunciado por su cuenta el cierre en sus territorios. Tres semanas después, si las cifras de contagios lo permiten, terminará el cierre generalizado, pero continuarán las restricciones para las personas no vacunadas, además de continuar con la obligatoria mascarilla en todos los niveles escolares. Los padres que lo deseen, por otra parte, podrán dejar de enviar a los niños al colegio, aunque no tengan un certificado médico de enfermedad, y recibirán "paquetes de aprendizaje" elaborados por los colegios, que consisten en material didáctico que pueden desarrollar en casa con la ayuda de un adulto.
El ministro de Salud británico, Sajid Javid, ha descartado este domingo por completo la imposición de la vacunación obligatoria en Reino Unido y ha subrayado que "jamás consideraría" una propuesta así. Sus comentarios tienen lugar en un momento que los casos se están disparando en el centro de Europa entre nuevas protestas contra el aumento de las restricciones y un endurecimiento de los protocolos de vacunación, como va a suceder en Austria. "Lo que decidan países como Austria es asunto suyo. Tenemos la suerte de que en este país, aunque existen dudas sobre las vacunas, son mucho menores de lo que estamos viendo en otros lugares", ha explicado en declaraciones concedidas a la cadena BBC.