Un nuevo estudio científico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, advierte de que la pandemia de coronavirus se ha extendido de tal forma en Estados Unidos que, aunque millones de ciudadanos sean vacunados, serán millones de personas las que continúen infectándose y enfermando si no utilizan mascarillas y mantienen el distanciamiento social, como mínimo, hasta mediados del próximo verano.
La llegada de vacunas el pasado diciembre desató las esperanzas de que frenarían o detendrían la propagación de la enfermedad al resto de la población, pero el informe evidencia que las vacunas por sí solas no son suficientes. Y si medidas como la posibilidad de teletrabajar, limitar los viajes y usar mascarillas se relajan demasiado pronto, podría haber millones más de infecciones y miles de muertes.
No hay duda de que vacunarse protege al receptor. Aún así, varios investigadores de enfermedades infecciosas han advertido a The New York Times de que pasarían meses antes de que suficientes personas en Estados Unidos hayan recibido las vacunas para permitir que se recupere la vida normal.
Sólo entonces la cantidad de personas con inmunidad, las que han tenido la enfermedad y se han recuperado, más las que han sido vacunadas, será lo suficientemente grande como para quitarle el aliento a la pandemia, dijo Jeffrey Shaman, epidemiólogo de Columbia.
El doctor Shaman estima que más de 105 millones de personas ya han sido infectadas en el país norteamericano, muy por encima del número de casos que se han informado. Y sus proyecciones muestran que aún están por llegar millones más de infecciones.
Los próximos meses son críticos en la carrera por reducir las nuevas infecciones y fallecimientos, ya que en última instancia habrá menos personas a las que el virus pueda infectar a medida que la pandemia se prolongue.
Incluso con las precauciones actuales, algunas áreas de Estados Unidos han dejado que la pandemia se desate de manera tan incontrolable que es demasiado tarde para que la vacuna tenga un impacto importante, explicó Shaman. Por ejemplo, su grupo estima que el 60% de la población de Dakota del Norte ya está infectada. Las vacunas ayudarán, pero la pandemia se extinguirá por sí sola, ya que cada vez hay menos personas disponibles para infectar, indicó.
Por otro lado, en Vermont, con una tasa de infección de aproximadamente el 10%, la vacuna podría proteger a casi toda la población si se implementa con la suficiente rapidez, afirmó el doctor. California se tambalea en algún punto intermedio a medida que se producen nuevos brotes.
El modelo tiene en cuenta factores como la velocidad y orden de distribución de la vacuna, la efectividad de la vacuna después de una y dos dosis, las medidas de distanciamiento social actuales y la transmisibilidad del virus. Se asume que grupos como los trabajadores de la salud y los adultos mayores serán priorizados de acuerdo con las pautas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), y la vacunación continuará a un ritmo que aumentará hasta cinco millones de dosis por semana.
El grupo consideró escenarios en los que las medidas de distanciamiento social actuales se relajaron antes o después del lanzamiento de la vacuna, y qué podría suceder si se fortalecieran. La investigación fue financiada por Pfizer, uno de los fabricantes de vacunas, así como por la National Science Foundation y la Morris-Singer Foundation.
De los escenarios que examinaron los investigadores, aquellos en los que las restricciones se reforzaron y luego se mantuvieron en su lugar hasta que gran parte de la población pudo recibir la vacuna resultaron en algunas de las menores infecciones totales.
El hallazgo "pasa el control intestinal", manifestó Trevor Bedford, genetista del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson y de la Universidad de Washington. Apuntó que el ritmo del lanzamiento de la vacuna era una incógnita que podría cambiar las conclusiones. La administración Biden ha dicho que tiene la intención de acelerar la distribución, pero esas afirmaciones aún no se han probado.
El doctor Bedford también alertó de que una nueva variante del virus que surgió en Reino Unido y que se cree que es más transmisible que otras que circulan en Estados Unidos "podría causar una ola" de la enfermedad en la primavera que viene.
Lauren Ancel Meyers, profesora de biología y estadística en la Universidad de Texas, aseguró que el razonamiento del doctor Shaman "tiene sentido intuitivo". Meyers agregó que estaba de acuerdo en que los brotes no controlados en muchos lugares en 2020 han reducido los beneficios de una vacuna.
"Desafortunadamente, hemos dejado que este virus se propague ampliamente y estamos lanzando la campaña de vacunación en el punto álgido de la amenaza. Cuanto más se propague el virus antes de que la vacuna llegue a las personas, menos muertes podremos prevenir con la vacuna", señaló. Sin embargo, agregó que las cifras de mortalidad podrían disminuir antes que las infecciones con la estrategia de vacunación adecuada, lo que quizás permita que algunas partes del país se abran más rápido de lo esperado.
Los legisladores que tendrán que establecer y, a veces, hacer cumplir esas restricciones en 2021 ya están al tanto del largo camino que todavía queda por delante, dijo la alcaldesa de Seattle, Jenny A. Durkan, en una entrevista.
"Creo que el modelo es absolutamente creíble", aseguró Durkan, quien ha recibido elogios por incorporar la ciencia en sus propias decisiones políticas. También añadió que estaba preparando a Seattle para continuar con las medidas de distanciamiento social "al menos durante el verano y probablemente hasta el otoño".
En los modelos de su equipo, el doctor Shaman asumió que ni los que se han recuperado de la enfermedad ni los que reciben las vacunas podrían desarrollarla o transmitirla nuevamente. Consideró que la efectividad de la vacuna era del 95% después de las dos dosis estándar de las vacunas disponibles ahora.
Todos los modelos incorporan ciertas aproximaciones, y el doctor Bruce Y. Lee, profesor de política y gestión de la salud en la City University de Nueva York, admitió que los científicos serían cautelosos al usar los nuevos cálculos para determinar con precisión cuándo es probable que la enfermedad desaparezca. El propio modelo de Lee determinó que el covid-19 podría caer a niveles mucho más bajos en julio.
Esa condición, a veces conocida como "inmunidad colectiva", no significa que la enfermedad haya sido erradicada, advirtió Lee. "Alcanzar el umbral de la inmunidad colectiva significa que hay efectos protectores adicionales debido a que las personas que lo rodean son inmunes a algo", explicó.
Las personas susceptibles aún pueden contraer la enfermedad una vez que se ha logrado la inmunidad colectiva, aseguró David Engelthaler, quien dirige la rama de enfermedades infecciosas del Instituto de Investigación de Genómica Traslacional en Arizona. Sin embargo, el número de casos ya no está creciendo exponencialmente y puede que se mantenga relativamente constante, apuntó.
Engelthaler considera que el crecimiento inevitablemente se ralentizará y se detendrá un poco antes de lo que proyectan otros investigadores. Vaticina que la combinación de inmunidad a las vacunas e infección podría comenzar a controlar la pandemia a fines de la primavera o principios del verano. "Entonces podemos empezar a pensar en la civilización normal de nuevo", sentenció.