El Everest era antes lugar de alpinistas profesionales con espíritu aventurero y amor a la montaña pero las imágenes que nos llegan del techo del mundo son bien distintas. El Everest, convertido en destino turístico, rodeado de basura, abarrotado de escaladores sin experiencia que han pagado millonadas por estar ahí. Pero los 8000 metros no perdonan, en los últimos diez días la montaña se ha cobrado once vidas.
Rizza es montañero, no pudo alcanzar la cumbre porque se quedó sin oxígeno. Con tanta gente el camino se ralentiza, cree que el Gobierno nepalí debería controlar la experiencia de quien se mide con esta montaña.
Casi rozando la cima Martin tuvo que adelantar a cien personas para no morir. Se quedaba sin oxígeno. Él mismo ha colgado el vídeo. Es paracaidista.
Han pasado cien años de la primera ascensión al Everest. Masificada y sucia, esta montaña se ha convertido en un parque temático.