La foto que debe abrirnos los ojos: La moda de escalar el Everest mata y lo convierte en un basurero

  • Escalar el Everest no es barato: puede oscilar entre los 26.000 y los 40.000 euros

  • 14 alpinistas tienen el reto de recuperar 10 toneladas de residuos en mes y medio

  • Juanito Oiarzábal advierte de los riesgos si se produce un cambio de tiempo brusco

La moda de escalar el Everest cuesta vidas. Ya son cinco los turistas, que atraídos por la foto selfie en la cima más alta del mundo, han perdido la vida al no poder descender debido a la largas colas que ha provocado la ola de turistas que aprovecha la temporada alta y el buen tiempo. Los datos demuestran que la fiebre por el Everest no cesa.

La pasada temporada se batió el récord de ascensiones al Everest: nada menos que 802 personas pisaron el techo del planeta y no parece que se tome conciencia de los riesgos que entraña. Convertir el Everest en un parque temático tiene consecuencias. Lo sabe bien un mito del alpinismo como Juanito Oiarzábal que advierte que una bajada brusca de las temperaturas puede provocar una tragedia tal y como está ahora la montaña, con colas increíbles para llegar a su cima. Duro es también Andoni Urbistondo, "hay gente que sube y no sabe ni ponerse un arnés ni pasar una cuerda".

Abril y mayo son los meses más favorables para escalar el Everest, por eso ahora las colas sorprenden al mundo. Un 64% de las ascensiones se dan desde Nepal y un 34% desde China, según el Himalayan database. El Departamento de Turismo ha emitido 378 permisos de escaladas esta temporada, un récord histórico desde la primera ascensión exitosa al Everest en 1953.

Los precios para escalar el Everest no son baratos y ya suponen un freno más allá de las condiciones físicas para lograrlo. Van de los 26.000 euros a los 40.000 euros, según la web especializada Viajablog.com. El precio del seguro puede ascender a los 2.680 euros según desvela el experto Alan Arnette. Solo las tarifas de escalada suponen, más allá de viaje y del material un coste considerable. Las tarifas de la agencia del Nepal cuesta cerca de 2.230 euros, el soporte médico es de 89 euros por persona, las tasas de basura ascienden a más de 3.500 euros. Y estos son solo algunos de los costes básicos.

Porque aquí tenemos otro problema. La basura. La creciente actividad turística ha desencadenado que las laderas y los campamentos de la montaña sean un basurero que acumula todo tipo de residuos. Pemba Dorje Sherpa, alpinista que ha conquistado la cima hasta en 18 ocasiones, ha declarado que el panorama es desolador y repugnante.

De hecho, este mismo mes se supo que 14 alpinistas tenían el objetivo marcado por el gobierno de Nepal de recuperar hasta 10 toneladas de residuos en menos de un mes y medio ya que las medidas que ha impuesto el gobierno son insuficientes. El Tíbet exige a los escaladores la retirada de sus residuos y se les impone una multa en caso contrario, por su parte Nepal llegó a pedir una fianza de 4000 dólares para garantizar que cada turista recolectase los residuos que generaba. Pero nada, ni las muertes ni el daño ambiental parecen frenar a los que quieren poder decir en las cenas eso de “Yo escalé el Everest”.