La Asamblea de la ONU abre la puerta a soluciones en crisis climática y Covid
El organismo Naciones Unidas se ve obligada a renovarse porque los jóvenes casi no saben qué es la ONU y las mujeres están infrarrepresentadas, a pesar de ser el 50% de la población del planeta
La semana grande de la Asamblea General de Naciones Unidas tocó ayer a su fin y lo hizo con la constatación, tras la participación de más de 100 líderes políticos mundiales e incluso del papa Francisco, de que el organismo tiene que renovarse porque los jóvenes casi no saben qué es la ONU, las mujeres están infrarrepresentadas con su 15% de participación en el encuentro, la desunión y polarización de los 193 países miembros es un hecho, la petición de reconocimiento de los talibán crea un grave problema internacional, las consecuencias del cambio climático cada vez son más graves y la desigualdad económica alargará la pandemia y aumentará las muertes por Covid.
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Sin embargo, esta reunión anual que tiene lugar en Nueva York en lo que acaba siendo el mayor encuentro diplomático anual del mundo, también ha dejado acuerdos importantes al respecto al cambio climático, como el compromiso de China de dejar de participar en la construcción de centrales de carbón fuera de sus fronteras y el de Estados Unidos, que dedicará 11.200 millones de dólares al año para luchar contra el calentamiento global, lo que acerca el objetivo del Acuerdo del Clima de París de que los países ricos transfieran anualmente 100.000 millones de dólares al año y la necesidad de que se desaceleren las emisiones de carbono.
Buenas noticias
Algo parecido ha ocurrido con la pandemia, ya que a pesar de la desigualdad en la inoculación de vacunas entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo, se alcanzaron compromisos importantes, como la intención de Estados Unidos y la Unión Europea de donar 1.000 y 500 millones de dosis, respectivamente, con el objetivo de alcanzar la inmunización del 70% del planeta, algo complicado dado que hay países que mantienen unas tasas de vacunación del 2% ó 3%.
Estos días han servido también para la reivindicación de las mismas Naciones Unidas en su capacidad de dar la alarma en temas fundamentales, como el aumento de la pobreza y el hambre, los riesgos de conflicto nuclear, el incremento de la desigualdad, la discriminación y el racismo, y en marcar el punto de no retorno en la reacción para conseguir un “planeta más verde y más justo”, porque se encuentra en un “momento crucial”. Así lo señaló el secretario general, Antonio Guterres, a lo largo de sus numerosas intervenciones, en las que no olvidó mencionar el peligro que suponen “las teorías de la conspiración y las mentiras que alimentan profundas divisiones”.
Críticas
Pero también ha habido espacio para las críticas hacia Naciones Unidas, algunas feroces, como la del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que acusó a la institución durante su intervención de ser “como un superhéroe jubilado que ha olvidado desde hace mucho tiempo la grandeza que tuvo alguna vez”.
Al quite entró el Alto Responsable de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, quien, echando un capote a Zelenski, recordó en su reunión con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, "las violaciones de Rusia a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania” y remarcó los “desacuerdos que aún existen con Rusia en “la cuestión de la democracia y los derechos humanos así como la desinformación y el ciberespacio".
Diferencias
Los desencuentros no pararon ahí, ya que fueron numerosos. Destacan el mantenido entre Francia (que no asistió como protesta) y Estados Unidos por la reciente alianza militar entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, que ha supuesto la anulación de un contrato de compra de submarinos franceses por valor de 56.000 millones de euros. O las calificaciones del primer ministro de Pakistán, Imran Khan, que calificó de “fascista” a su homólogo indio, Narendra Modi, por la represión india en Cachemira, la región dividida entre los dos países sobre la que ambos reclaman plena soberanía.
También saltaron chispas entre el presidente chipriota, Nicos Anastasiades, y el turco Recep Tayyip Erdogan, tras las acusaciones del primero al segundo por su intención de bloquear cualquier intento de resolver el conflicto de la isla, buscar únicamente convertir a Chipre en un "protectorado" e ignorar la legislación internacional.
Jóvenes y mujeres
Pero si algo caracteriza a la ONU es que fue fundada sobre el optimismo y la esperanza de contribuir a un mundo mejor. Por ello su gran cita anual comenzó con un guiño a los jóvenes y la realización de un concierto que aglutinó más de un millón de visitas en torno a su retransmisión on line. Y es que “debemos demostrar a nuestros jóvenes que, a pesar de la gravedad de la situación, el mundo tiene un plan y los gobiernos piensan implementarlo”, dijo Guterres. Para hacerlo realidad, el secretario general anunció la creación de una nueva oficina de la Juventud, que acortará “divisiones intergeneracionales”.
Más lejana parece la paridad de género en este foro, en el que el año anterior solo participaron nueve mujeres a lo largo de todo el debate de la Asamblea General. Este año, con malos datos de participación todavía, el número de mujeres presentes se ha incrementado levemente a pesar de que “no puede haber democracia, seguridad, ni desarrollo sin la mitad de la humanidad”, como señaló el pasado miércoles la presidenta de Estonia, Kerstiu Kaljulaid. Unas declaraciones que apenas han tenido repercusión internacional, lo que pone de manifiesto la magnitud del problema en un foro que avanza lentamente en la solución de los grandes desafíos mundiales.