En Europa han llegado las aplicaciones para hacer un seguimiento por el coronavirus. No todos los países lo tienen aún, pero muchos trabajan para su implantación lo antes posible. Los primeros países en ponerlo en marcha- no sin controversia- han sido Italia y Francia. Alemania está a punto. Siguen los pasos de Corea del sur o China que, desde hace meses tienen un seguimiento exhaustivo de los contagios en sus países.
Desde este lunes cuatro regiones italianas (Abruzzo, Liguria, Las Marcas y Puglia) incorporan a su sistema sanitario los datos suministrados por Immuni, la aplicación desarrollada en este país para trazar los contagios. Al descargarla, a cada usuario se le asigna un número aleatorio y en caso de haber estado en contacto con otra persona durante un mínimo de 15 minutos a menos de dos metros, recibirá un aviso. Está disponible en Android y Iphone desde hace una semana en toda Italia, pero de momento sólo en las cuatro regiones citadas se enviarán las alertas por parte del sistema de salud pública. Si el proyecto piloto resulta exitoso la intención sería extenderlo a todo el país.
La aplicación la ha desarrollado una empresa tecnológica privada llamada Bending Spoons, con sede en Milán, aunque cuenta con el visto bueno del Ministerio de Sanidad. También ha sido autorizada por el órgano estatal que vela por la privacidad, ya que no será necesario dar datos personales ni registrará la localización de los usuarios.
Aún así, también en Italia ha habido un fuerte debate sobre la privacidad e incluso una veintena de diputados, como el líder de la Liga, Matteo Salvini, se han mostrado escépticos. Es voluntaria, aunque ya la han descargado dos millones de italianos. Está disponible también en español, según informa Ismael Monzón desde Roma.
A la aplicación móvil del Gobierno alemán contra la propagación del SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19, le faltan pocos días para ser presentada en sociedad. Así lo ha dicho el ministro de Sanidad, el conservador Jens Spahn. Aunque todavía no haya entrado en uso, desde el Ministerio de Sanidad hace tiempo que se defiende la aplicación como un medio para “proteger contra una mayor propagación de la COVID-19”. “La aplicación permite informar especialmente rápido a las personas que han estado en contacto con alguien infectado por el coronavirus”, indican desde el ministerio de Spahn.
Después de varias iniciativas y proyectos frustrados, dos grandes empresas nacionales germanas son las responsables del desarrollo de la aplicación. A saber, la multinacional informática SAP y la compañía de telecomunicaciones Deutsche Telekom. Ambas han trabajado con dos de los grandes centros de investigación del país: la Sociedad Frauenhofer y el Centro para la Seguridad de la Información de la Asociación Helmholtz. También han participado en el proceso, “para asegurar que se cumplen con los requisitos necesarios para la protección y la seguridad de los datos”, según indican el Ministerio de Sanidad alemán, la Oficina Federal para la Seguridad de la Información y el Delegado Federal para la Protección y Libertad de la Información.
Una vez la aplicación esté lista para su uso, será el Instituto Robert Koch, la agencia federal para la prevención y el control de enfermedades, el organismo encargado de ponerla a disposición de los alemanes. Éstos, o mejor dicho, quienes lo consideren oportuno, la usarán de forma voluntaria. Según un reciente estudio elaborado por el Instituto de Núremberg para la Mercadotecnia (NIM, por sus siglas alemanas) para el diario Süddeutsche Zeitung, entre el 53% y el 69% de los alemanes estaría dispuesto a instalar la app en su teléfono móvil. “Todo el que se la baje, está ayudando”, ha dicho Spahn al diario regional Rheinische Post en una entrevista publicada este lunes. “Yo estaré contento si en las próximas semanas varios millones de ciudadanos quedan satisfechos con la app”, según el titular alemán de Sanidad.
Su ministerio es el principal promotor de esta herramienta digital. Aunque pueda resultar especialmente útil en tiempos de pandemia, la app ha sido muy discutida dado el tradicional recelo de los alemanes a poner en manos ajenas datos privados. Esta actitud es una consecuencia directa de la vigilancia totalitaria sufrida por los alemanes en tiempos del III Reich y de la comunista República Democrática de Alemania (RDA).
Frente a las suspicacias, Spahn y compañía responden con una aplicación que asegura no se dedica a la “acumulación de datos” y en la que el usuario “siempre queda registrado como anónimo”. Para usarla no hace falta introducir datos personales. La app atribuye al usuario un código aleatorio que cambia con regularidad. A través del sistema de transmisión de datos bluetooth, la aplicación busca en el entorno del usuario a otras personas con otros códigos durante catorce días. A través de los códigos asignados, la aplicación determina cómo de cerca ha estado el usuario de otras personas.
Con la COVID-19 “bajo control” desde mediados de abril, la aplicación alemana contra el coronavirus se perfila como una nueva herramienta especialmente útil para que la canciller Angela Merkel y compañía mantengan a raya al nuevo agente infeccioso, informa salvador Martínez Más desde Berlin.
La app francesa genera polémica por su “intrusismo”. Francia activó el pasado dos de junio su app de trazabilidad para detectar y controlar a las personas infectadas por el coronavirus y rastrear sus contactos. El Senado francés había aprobado a finales de mayo el uso de una app que ha generado polémica.
La app, llamada ‘StopCovid’ usa la tecnología bluetooth conectar entre sí teléfonos móviles y registrar todos esos contactos. Cuando alguien ha dado positivo en el test de covid-19, la aplicación envía una alerta a todas las personas con quienes estuvo en contacto al menos durante 15 minutos para que puedan aislarse. La app no informa a sus usuarios, en caso de recibir una alerta, sobre quién es la persona que ha dado positivo.
La app elegida por el Gobierno francés ha generado polémica porque permitiría que las autoridades pudieran localizar a sus usuarios e incluso guardar sus datos personales. París dijo que la app no se usará con ese fin pero incluso durante el debate parlamentario el Gobierno reconoció que la aplicación tiene más funciones de las necesarias para la trazabilidad.
El uso de la app es voluntario precisamente por su carácter polémico. 15 diputados del partido del presidente Emmanuel Macron publicaron una carta en el diario ‘Le Figaro’ en la que pidieron un amplio debate “sobre el uso de nuevas tecnologías que son intrusivas y que cuestionan nuestros derechos fundamentales”.
La app es de creación pública: Instituto Nacional de la Investigación Informática y Automática (Inria), que además será el organismo encargado de investigar cómo funciona.