Irán es el país más afectado por el coronavirus de Oriente Próximo. Muchos de los prisioneros que permanecen en sus centros penitenciarios han sido liberados ante esta situación, pero no es el caso de Sahar Tabar, más conocida como la Angelina Jolie iraní, en prisión desde octubre por "insultar a la religión", "incitar a la inmoralidad", "blasfemia" e "insultar el código de vestimenta islámico”. A la pena, que mantendrá en la cárcel a la joven durante años, se suma ahora la enfermedad: es positivo en COVID-19.
Varios medios han informado de que la joven, cuyo nombre real es Fatemeh Khishvand, ha contraído coronavirus y se encuentra ingresada con un respirador en el Hospital Sina en Teherán. Así lo confirma también el Centro por los Derechos Humanos en Irán (CHRI), quien ha revelado que el juez que lleva su caso, Mohammad Moghiseh, ha rechazado la petición de liberarla.
"Consideramos inaceptable que esta joven haya contraído el coronavirus en estas circunstancias mientras su orden de detención se extiende durante todo este tiempo en la cárcel", señala el abogado Payam Derafshan.
Por eso, "fuimos a la oficina del señor Moghiseh muchas veces y le pedimos que cancelara la orden de detención y le otorgara la libertad bajo fianza", explica, ya que "todas las demás personas acusadas en este caso han sido liberadas y nuestra cliente es la única que ha permanecido detenida... Pero el juez dijo que no".
“Ahora que el coronavirus se ha propagado, seguimos buscando al señor Moghiseh pero no le encontramos en el tribunal. Dicen que está allí, pero no lo hemos visto”, añade.
Por su parte, el director de la prisión Shahr-e Rey en la que se encuentra la joven, ha negado que esta tenga COVID-19. Algo que Derafshan considera un sinsentido: “El director de la prisión debe reconocer la infección y admitir que ha sido hospitalizada ".
Pero el problema no es solo el caso de Fatemeh Khishvand. "Muchas mujeres en la prisión de Shahr-e Rey han contactado con mi colega y conmigo acerca de la terrible situación dentro de la prisión y el miedo que existe entre los internos [debido al coronavirus]", indica Derafshan.
"Sra. Khishvand es nuestra clienta y tenemos el deber de perseguir su caso, pero no sabemos cuántos otros están en el mismo estado de limbo bajo órdenes de detención temporal en varias cárceles de este país”, cuenta.
"Desafortunadamente, muchos jueces se niegan a rescindir las órdenes de detención y otros no se han presentado a trabajar desde que estalló el virus", añade.
Por último, estima que dejar en libertad a los internos beneficiaría a las cárceles, donde se han infectado también sanitarios, pero los obstáculos legales son “difíciles”. Por ello, solicita una orden estatal: “Queremos que las autoridades emitan una orden general para permitir que estos prisioneros sean liberados temporalmente. En ausencia de jueces que estén enfermos o que no vengan a trabajar, esta es la única solución".
En octubre de 2019, la joven de 18 años, fue detenida por orden del tribunal de orientación de Teherán, que se ocupa de "crímenes culturales y corrupción social y moral", acusada de "insultar a la religión", "incitar a la inmoralidad", "blasfemia" e "insultar el código de vestimenta islámico en Irán".
Se había hecho famosa por, supuestamente, haberse sometido a 50 cirugías estéticas para lograr parecerse a Angelina Jolie. Sin embargo, en su momento ya explicó que el aspecto físico que mostraba en las fotografías colgadas en su cuenta de Instagram -una de las pocas redes sociales permitidas en el país- lo había conseguido con mucho maquillaje y con el uso de programas de edición.