Mientras en España se alargan las negociaciones entre Gobierno y transportistas para trata de rebajar el precio disparado de los carburantes, en otros países europeos ya han tomado medidas.
Es el caso de Alemania, que busca frenar el aumento del precio de la energía y el combustible cuanto antes. Para ello ha aprobado un paquete de medidas y alivios fiscales, no solo para el sector del transporte, si no que también para las familias. Destaca un pago único de 300 euros al contribuyente para compensar a las familias por esta subida de precios.
El Gobierno de Olaf Scholz, además, ha acordado una rebaja del precio de la gasolina y el diésel, en 30 y 15 céntimos, durante los próximos tres meses. Mismo periodo en que ofrecerá un bono mensual de metro de nueve euros, para apostar por el transporte público y que los ciudadanos puedan dejar a un lado el coche.
Por su parte, en Francia, que se encuentra a solo dos semanas de las elecciones generales, también se han puesto las pilas con un plan muy ambicioso. Los de Emmanuel Macron plantearon en un primer momento una reducción del precio de los carburantes a 15 céntimos por litro de carburante. Una rebaja que ha disminuido ligeramente situándose finalmente en 18 céntimos por litro. La ayuda que en un principio está planteada para cuatro meses, desde este mes de abril, podrá ser prolongada.
Para frenar el descontento entre los sectores más afectados, también se ha anunciado un plan de resiliencia económico y social con ayudas para las empresas y pescadores. Además, se implementará un paquete de 400 euros millones de euros para los transportistas.
Mientras, en España, sigue sin haber acuerdo entre el Gobierno de Pedro Sánchez y los transportistas, especialmente entre el sector convocante de la huelga, que ya suma su duodécima jornada. Hoy la Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, se ha reunido con los representantes de la Plataforma del Transporte, pero el encuentro ha termina sin acuerdo y el paro continuará.