El presidente del Instituto Robert Koch (RKI) de virología de Alemania, Lothar Wieler, advirtió este viernes de que la tercera ola de la pandemia será peor que las dos primeras y que la única opción de romperla es reducir los contactos al mínimo. Otra vía para frenar la propagación es un cierre nacional durante dos semanas, algo que plantean los médicos de las unidades de cuidados intensivos, UCI, del país.
En una rueda de prensa para evaluar la situación epidemiológica del país, Lothar Wieler afirmó que "hay señales claras de que la tercera ola será peor todavía que las dos primeras" y que "todos los indicadores apuntan a que la situación en las próximas semanas empeorará", recoge EFE.
El ministro se refirió al rápido aumento de la incidencia semanal por cada 100.000 habitantes, de 70 hace dos semanas a 119,1 este viernes, a la "vertiginosa" subida de nuevos contagios - 21.573 en las últimas 24 horas, lo que supone algo más de 4.000 más que el pasado viernes- y al previsible crecimiento también de la cifra de muertos.
Wieler señaló además que Alemania está al inicio de una tercera ola que ya es inevitable, pero que "hay que tratar de mitigar" y subrayó que "la dura medida de reducir contactos es la única opción" de romperla. En tanto, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, advirtió que hay que contar con una cifra elevada de nuevos contagios como en invierno y de nuevo con un mayor número de muertos.
Los médicos de las unidades de cuidados intensivos del país piden un cierre nacional durante dos semanas para contener la tercera ola. El jefe de la Asociación Interdisciplinaria de Medicina de Cuidados Intensivos y Emergencia, Christian Karagiannidis, ha recomendado una mezcla de "confinamiento duro, vacunas y pruebas" para intentar aliviar la presión de las unidades, y pedido a los políticos que se olviden de cualquier medida de reapertura a corto plazo, según declaracines al 'Rheinischen Post'.
Este sábado, las autoridades sanitarias han confirmado este viernes cerca más de 20.400 casos de coronavirus y cerca de 157 fallecidos durante el último día, después de que el país superara el umbral de los 2,7 millones de contagios en el marco de la pandemia, según los datos recabados por el Instituto Robert Koch.
El organismo, el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, ha manifestado que durante las últimas 24 horas se han detectado 20.472 casos que, sumados a los decesos, conforman totales de 2.755.225 contagios y 75.780 decesos, respectivamente. Respecto a las altas, se ha cifrado en alrededor de 2.477.500 el total de personas recuperadas hasta la fecha de la covid19, incluidas unas 9.900 durante la última jornada.
El presidente del Instituto Robert Koch subrayó este viernes que "el efecto de la vacunación se ve reducido por el actual aumento de nuevos contagios" y señaló que todos los ejemplos internacionales muestran que "a mayor incidencia, menos contribución de las vacunas a una disminución de las cifras".
Por ello, llamó con urgencia a los "Länder" a administrar cuanto antes las vacunas a disposición. Wieler, por su parte, señaló que "tardará aún hasta que se vea en la población el efecto de la vacunación". Hasta el jueves habían recibido en Alemania las dos dosis de la vacuna 3.603.639 personas, un 4,3 % de la población, y 8.150.256 (el 9,8 %), al menos una. Este viernes, 200.855 ciudadanos recibieron la primera dosis de la vacuna y otros 85.092, la segunda.
Por otra parte, Spahn instó a los estados federados a "aplicar de manera consecuente" el "freno de urgencia" acordado conjuntamente y de manera unánime entre el Gobierno federal y los "Länder" cuando la incidencia acumulada supera los 100 nuevos casos por 100.000 habitantes.
En este sentido, afirmó que la necesidad de aplicar el "freno de urgencia" "no es compatible" con los planes de algunas regiones de ensayar modelos de reapertura de la vida pública. Así, y a pesar de haber superado la incidencia de 100 -117,8 según datos actualizados-, la ciudad-estado de Berlín, por ejemplo, anunció ayer que mantendrá la desescalada iniciada a mediados de este mes.
Por otra parte, Wieler volvió a llamar a la población a renunciar a cualquier desplazamiento, ya sea interno o al extranjero, y a aprovechar esta Semana Santa para minimizar los encuentros, porque "la movilidad y los contactos son los impulsores de esta pandemia".
En tanto, Spahn anunció que la obligatoriedad de presentar un test negativo para ingresar a Alemania por vía aérea se hará efectiva en la madrugada del martes y no el domingo, como estaba inicialmente previsto. De esta manera, se quiere conceder "algo más de tiempo a los viajeros y aerolíneas", y en particular a estas últimas para organizar el testeo en países donde la infraestructra para tal efecto todavía no está tan desarrollada.
Recordó que se trata de "una medida preventiva para evitar la propagación del virus por viajes turísticos" que sirve también para proteger al propio pasajero dentro del avión. Hasta ahora la exigencia de presentar un test negativo antes de emprender un vuelo hacia Alemania sólo afectaba a viajeros procedentes de zonas de alta incidencia o con presencia de mutaciones del coronavirus.
La implantación de este test obligatorio independientemente del país desde el que se ingrese es una respuesta a la polémica causada por el aumento de la demanda y de la oferta de viajes, en particular a Baleares, después de que ésta y otras cinco comunidades autónomas españolas dejaran de figurar en la lista de zonas de riesgo.
El portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, subrayó en una rueda de prensa ordinaria el interés del gobierno en "minimizar todo tipo de ingresos por viajes" y que por eso analiza la viabilidad legal de prohibir de forma temporal las llegadas en Semana Santa.
Agregó que la cuestión es "relevante" y que se está estudiando "minuciosamente" porque suscita dudas legales. La canciller alemana, Angela Merkel, ya reconoció este jueves los "notables problemas legales" que entraña esta medida y subrayó que el país debe comportarse siempre siguiendo la ley.
La confusión sobre la estrategia de contención del coronavirus de Berlín ha sembrado la discordia entre los ministros principales de los 16 estados federales de Alemania, algunos de los cuales se niegan a aceptar un plan para volver a un bloqueo más duro en áreas donde la tasa de infección sigue siendo comparativamente baja.
Una encuesta reciente ha revelado que una mayoría de alemanes están a favor de endurecer las medidas en lugar de aflojarlas. Según una encuesta de la emisora ZDF, el 36% quiere endurecer las medidas mientras que el 31 por ciento quiere mantener las restricciones actuales. Solo una cuarta parte de los encuestados se ha declarado a favor de una relajación de las medidas.