El mal tiempo impidió el despegue, en hora, del vuelo LM462 de Longanair, con salida desde Southend (Inglaterra) y destino Derry (Irlanda del Norte). Fue el primero de los inconvenientes que sus pasajeros sufrieron a bordo. El más sonado, cuando el personal de la aerolínea pidió a cinco pasajeros que abandonasen el avión por exceso de peso.
A bordo del avión iban 50 pasajeros, ninguno de ellos dispuesto a abandonar el avión en un principio. Tras ofrecer diversas alternativas y la posibilidad de que tomasen otro vuelo desde un aeropuerto distinto, además de recibir una indemnización, tres de ellos decidieron desembarcar voluntariamente. Pero, aún faltaban otros dos que serían seleccionados por la tripulación: las últimas dos personas en registrarse.
Ante la incredulidad de lo sucedido, uno de sus pasajeros, el periodista Ben Kelly, denunció públicamente el incidente.
Más tarde, la aerolínea pidió disculpas por lo sucedido y ofreció a los afectados una compensación económica de 250 euros, además de comprometerse a hacer frente a todos los costos ocasionados.
El directivo ejecutivo de la firma Jonathan Hinkles manifestó que "cuando el clima se despejó en Derry, una combinación de baja presión y lluvia dejó la superficie de la pista en Southend en una condición que impuso limitaciones en el rendimiento del avión. En consecuencia, el avión superó su peso máximo de despegue disponible" según ha publicado RT.