Geordia Gibbs con solo 24 años se mudó de Canadá a Los Ángeles por trabajo. Esta modelo vio como, según le explicaron los médicos, el estrés causó un terrible acné en su rostro. Le diagnosticaron 'Demodex folliculorum', un parásito inofensivo que se alimenta de las células muertas de la piel y que puede producir imperfecciones en la piel.
Gibbs gastó 15.000 euros en tratamientos a base de antibióticos para curar su acné, sin éxito, según publica el diario Daily Mail. Llegó un momento, que se sentía tan mal por su aspecto que se negó a “hablar por FaceTime con su madre y no salía de la casa” porque se preocupaba que otras personas dijeran ‘oh, ¿qué le ha pasado a tu cara?'".
En ese momento, un poco acudió a un médico que le recomendó un cambio radical en su dieta. Desterró los conservantes, cafeína, azúcar y fructosa de su despensa y empezó a comer mucha fruta y verdura.
Para desayunar tomaba un batido con espinacas, col rizada, apio, pepino, cilantro, leche de almendras y una proteína a base de colágeno. Su almuerzo pasó a ser a base de aguacate, huevos y verduras. Para cenar tomaba una enorme ensalada con vinagre de manzana y una sopa.
Empezó a mejorar y se animó a seguir en su lucha contra el acné. Así decidió seguir la recomendación de tomar a diario unas infusiones chinas.
Ahora que su rostro ha mejorado notablemente ha compartido en su Instagram sus fotos del antes y del después con el objetivo de concienciar de que no todo es como se muestra siempre en las redes y que las modelos también son imperfectas. “Esta experiencia me ha obligado a valorarme por mucho más que mi piel y por eso estaré siempre agradecida”.