Matteo Salvini presume de saber mejor que ningún otro político cómo respira el pueblo italiano. Pero lo que ha demostrado el líder de la Liga es desconocer o subestimar a la clase política de su país. Cuando el ministro del Interior en funciones y hombre fuerte de Italia se lanzó a una campaña para provocar elecciones anticipadas se le pasó por alto que sus socios del Movimiento 5 Estrellas (M5E) podían sumar una mayoría alternativa con el Partido Democrático (PD). Dos enemigos irreconciliables que acaban de sellar un pacto para espantar el empuje de Salvini. En la lógica italiana el choque político e ideológico suele terminar en arreglo antes que en ruptura.
El acuerdo tendrá además como primer ministro a Giuseppe Conte, quien ha encabezado hasta ahora el Ejecutivo formado por al Liga de Salvini y el M5E. Toda una derrota para el líder ultraderechista, que ha visto cómo la resistencia de Conte, un hombre llamado a ejercer como mediador de un Gobierno bicéfalo, ha terminado por doblegarlo. Tras el acuerdo entre los nuevos socios, el presidente de la República, Sergio Mattarella, le conferirá este jueves el encargo para la formación de un nuevo gabinete.
El otro hombre que le ha dado la puntilla a Salvini ha sido el líder del M5E, Luigi Di Maio, a quien había manejado a su antojo en estos casi 15 meses de experiencia conjunta. Con el acuerdo bajo el brazo, Di Maio se presentó a la ronda de consultas convocada este miércoles por Mattarella antes de tiempo para anunciar sonriente el cambio de rumbo.
Le dejó un recado a su antiguo socio, al airear que cuando éste comprobó que las negociaciones con el PD ya estaban en marcha le ofreció el cargo de primer ministro para no perder el poder. Tras una crisis plagada de reproches y las ansias de Salvini patentes por consolidar su popularidad en unas elecciones anticipadas, Di Maio no aceptó. El M5E prefirió entenderse con el PD, con los que esperan llegar a un acuerdo programático.
Las diferencias, sin embargo, se mantienen por las carteras. En un plazo de varios días Conte presentará a Mattarella la lista de sus ministros, que después deberían jurar el cargo y por último obtener la confianza del Parlamento. El M5E ha anunciado que quiere someter el acuerdo al escrutinio de sus inscritos a través de una plataforma digital de la formación. No obstante, el recorrido completo debería completarse a lo largo de la próxima semana.
Uno de los escollos que todavía quedan pendientes es precisamente el rol de Di Maio, quien querría continuar como vicepresidente. En el PD rechazan esta posibilidad porque el M5E ya impone al primer ministro, por lo que entienden que la vicepresidencia debería ser para ellos. Se trata, en cualquier caso, de los últimos detalles. Si la operación ha llegado hasta aquí, sería muy improbable que naufragara ahora.
Porque el líder del PD, Nicola Zingaretti, ya había anticipado horas antes de la comparecencia de Di Maio que su partido le había comunicado a Mattarella la decisión de aceptar al primer ministro elegido por el M5E. “En tiempos complicados como estos, pensamos que es necesario poner fin a la etapa del odio, el rencor y el miedo”, dijo Zingaretti, en una clara referencia a Salvini.
Tanto ‘grillinos’ como socialdemócratas son conscientes de que sus discrepancias son numerosas y que tendrán que sortear las divisiones internas, como la que puede presentar el ex primer ministro Matteo Renzi -que se mueve por libre- en el PD, para seguir adelante. Pero la hipótesis de unas elecciones anticipadas en las que Salvini hubiera tenido todas las de ganar y la oportunidad que éste les ha brindado para dejarlo de lado no se podía dejar escapar.
También el líder ultraderechista huele la debilidad del nuevo Ejecutivo. Antes incluso de perder definitivamente el ejercicio del poder, que hasta ahora se había revelado como su mejor arma, se ha adentrado ya en una estrategia de acoso y derribo para llegar a su objetivo de las elecciones. “Si tenemos que esperar seis meses o un año, nos da igual; no tenemos prisa”, dijo. Para él, el pacto entre el M5E y el PD viene firmado por los poderes fuertes de la UE y sólo se sostiene por “el ansia de sillones” y el odio a su figura del resto de partidos.
Desde luego, el día en el que el Reino Unido se acerca más a un Brexit sin acuerdo, en la Unión Europea respiraron aliviados por el giro producido en Italia, uno de los alumnos más díscolos del último año. La victoria de Conte y la derrota de Salvini se entiende también en un contexto europeo, en el que el primer ministro ha sido aceptado por los líderes internacionales, mientras que el líder ultraderechista no ha conseguido imponer su modelo más allá de sus fronteras.
Una de las exigencias que el PD le impuso al M5E antes incluso de iniciar las conversaciones fue una vuelta al papel de socio fiable que Italia había tenido tradicionalmente en la UE. Se espera que el nuevo Gobierno abandone la estrategia de la confrontación que habían mantenido hasta ahora el precendete. Es previsible que Italia retome una cierta normalidad institucional. Salvini y todo lo que significa se aleja, pero su sombra sigue ahí.