El presidente Donald Trump se muere por colgarse la medalla de ser el primer país que consigue una vacuna contra el COVID-19, y eso ha quedado claro, hoy, una vez más. Hace menos de una hora, Trump aseguraba que la FDA ha aprobado dos medicamentos para tratar el coronavirus y que se podrán conseguir con prescripción médica. Minutos después la agencia gubernamental corregía al presidente a través de un comunicado en el que asegura que no es cierto que haya aprobado el fármaco antimalárico para luchar contra el COVID-19.

Se trata de dos fármacos utilizados hasta ahora para combatir la malaria y la artritis severa, el Chlorooquine (Cloroquina) y el Hydroxychloroquine (Hidroclorina). Trump los ha anunciado como una posible solución aprobada ya por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. por sus siglas en inglés), pero la agencia gubernamental lo acaba de desmentir. De hecho, en la rueda de prensa, Steven Solomon, al frente de la agencia, enseguida apuntaba que ¨es importante dar esperanzas, pero no falsas esperanzas¨, y dejaba claro que los medicamentos aún están en fase de prueba.

Steven Salomon, mucho más conservador en su respuestas, ha explicado que aún es pronto para cantar victoria. ¨Quizá tengamos el medicamento adecuado, pero quizá aún desconocemos las dosis apropiadas, y eso podría causar más daños que beneficios¨.

Curiosamente, el anuncio llega horas después de que expertos chinos también hayan anunciado que estarían cerca de descubrir una cura contra el coronavirus. Se trata de un medicamento que hasta ahora ha revelado alentadores resultados en ensayos clínicos realizados a 340 pacientes en las ciudades chinas de Wuhan y Shenzhen.

Ni las advertencias de la OMS, ni las acusaciones de racismo parecen disuadir al presidente estadounidense de utilizar determinados términos. Trump insiste en provocar un conflicto diplomático con el gigante asiático, y durante su rueda de prensa se ha referido al COVID-19, una vez más, como el ¨virus chino¨, o ¨virus extranjero¨, y apunta a que ¨podría haber sido frenado exactamente donde surgió, en China¨.

Naciera donde naciera, ahora es un problema global que implica a todos los países. En Estados Unidos se han registrado 154 muertos por el coronavirus y la cifra de contagiados supera ya los 8.992. No se descarta que el número de casos real sea mayor, porque el principal problema es que no hay pruebas médicas suficientes para conocer el alcance real de casos.

La mayoría de los infectados se encuentran en la ciudad de Nueva York, que se ha convertido ya en el nuevo foco de coronavirus tras Milán y Madrid. Por eso, Trump apunta a que el nuevo medicamento con el que se trabaja se probará, seguramente, en neoyorquinos contagiados.

Minutos antes de que arrancara la rueda de prensa en la Casa Blanca, Cuomo terminaba su comparecencia. ¨El miedo es incluso más peligroso que el propio virus¨, ha asegurado el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo.

A continuación, ha vuelto a hacer hincapié en la importancia de una ¨comunicación clara¨ y ha descartado una vez más la cuarentena total. En su lugar, ha pedido al 75% de los trabajadores ¨no esenciales¨ que de manera voluntaria se queden en casa.

La petición de Cuomo llega después de que el número de infectados siga aumentando descontroladamente. De las más de 22.000 personas que se han sometido a la prueba de coronavirus en el estado de Nueva York, 4.152 han dado positivo. Vamos a unos 1.700 casos diarios y las medidas empiezan a extremarse porque en la calle, los neoyorquinos parecen no entender todavía la gravedad del problema.

Durante su comparecencia, Cuomo comparó esta situación con la vivida en los atentados del 11 de septiembre, ¨cuando un instante cambió la perspectiva y la vida de todos¨. El gobernador ha hecho hincapié una vez más en lo importante que es frenar el número de contagios cuanto antes por la falta de medios del sistema sanitario para hacer frente a esta pandemia. ¨Necesitamos 30.000 ventiladores que no tenemos, pero ya estamos buscando. Estamos aumentando la capacidad de los hospitales y tratando de identificar nuevas camillas médicas¨. Justo ayer, el gobernador primero y más tarde Trump, anunciaron el envío a Nueva York de un barco hospitalario con 1.000 camillas.