Gracias a Donald Trump parece que lo de ir de 'facha' se está convirtiendo en tendencia, son tiempos raros y oscuros los que estamos viviendo.

Parece que el presidente de Estados Unidos ha puesto de moda lo de ser fascista sin complejos y muchos no se cortan al hacer en público el saludo nazi, como Steve Bannon o Elon Musk. El último ha sido el actor mexicano Eduardo Verástegui.

Uno puede ser un hecho aislado. Dos, quizá una casualidad, pero con el tercero ya se apunta una tendencia. El actor mexicano y activista ultra, Eduardo Verástegui, ha sido el último en repetir la gracia (ninguna, por cierto) del brazo en alto y el grito de guerra.

La repetición del gesto se ha dado en una cumbre de alto nivel, la llamada Conferencia Conservadora, con lo que ello supone.

Además, ha sido uno de los propios ultras el que le ha encontrado un insoportable aroma hitleriano. Jordan Bardella, líder derechista de Francia, ha cancelado su intervención al ver a Steve Banon, líder ultraconservador, realizando el saludo fascista.

"Es un marica, un cobarde, una niña. Nunca será líder de Francia", soltó el líder ultraconservador sobre Bardella al cancelar su aparición.

Volviendo a la carga cuando el periodista le insiste y le pregunta por qué saludo levantando el brazo. "Que se joda él y jódete tú. ¿Qué no entiendes? Saludé a la multitud como siempre", zanjó Banon sobre esa coreografía que, lo admita o no, es clavada al manual del saludo fascista: brazo en alto, mano abierta, 45 grados sobre la vertical del cuerpo.

El saludo de la Alemania de Hitler, de la Italia de Mussolini y de la Europa más negra. Aquí en España, Franco lo impuso en 1937. Fue en el 1945 cuando derogó su obligatoriedad (al ver a Hitler ya fuera de combate). A día de hoy, aún hay quien, de vez en cuando lo usa.

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