Durante muchos años tener un Tesla era algo soñado, deseado, ansiado... e incluso llegó a ser algo medioambientalmente beneficioso por ser un de los coches eléctricos con más autonomía del mercado. Todo ello cambió con el radicalismo de Elon Musk, que desde que acaparó la marca está pasándole factura y la están boicoteando en muchos países. En España, la venta ha caído en picado hasta registrar su mínimo histórico este mes de enero.

Laura Echevarría, de 'Informativos Telecinco', informa de primera mano de la manifestación en "boicot a Tesla" desde Manhattan. La gente muestra su rechazo a Elon Musk y a su polémico papel al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, argumentando que "nadie le ha votado". Las pancartas muestran este tipo de mensajes mientras gritan en defensa de la Constitución.

"Eres un multimillonario. No ha sido elegido ni confirmado por el Congreso", dice la gente desde la calles. Los afectados han decidido hacer las protestas frente a los concesionarios del dueño de Tesla, en las que piden que la gente no compre sus coches eléctricos y en el caso de tenerlo, que se deshagan de él.

Esto mismo es lo que ha hecho la cantante Sheryl Crow, que se desprende de su Tesla y destina el dinero la venta a la radio pública "amenazada por la tijera", dice la cantante, "del presiente Musk". Esta declaración la hace en base a una portada de la revista 'Time' en la que aparece él sentado en el despacho oval. Para un canadiense que también vende su Tesla, lo peor ha sido el polémico saludo que protagonizó el multimillonario. "El saludo nazi fue demasiado para mi", dice.

Los coches eléctricos de Musk han sido rebautizados como 'Swasticars' con unas pegatinas en las que pone "don´t but a Swasticar" en rechazo total al poder que el magnate atesora en la administración Trump.

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