El papa Francisco ha ingresado este viernes en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma para realizar algunas pruebas médicas debido a la bronquitis que padece. Así lo ha comunicado la oficina de prensa de la Santa Sede que ha manifestado que está "en ambiente hospitalario" para recibir su tratamiento correspondiente. No obstante, la salud del pontífice lleva generando preocupación durante un tiempo debido a los baches que está atravesando, informa Noelia Tobías.

Las alarmas saltaron de nuevo en su aparición del pasado miércoles, ya que el papa Francisco, por la culpa de la bronquitis, no podía seguir hablando y, además, inquietaban sus repentinos ataques de tos. El domingo su situación no mejoró debido a que se pudo le ver con ciertas "dificultades en la respiración" durante una misa. Por ello, tuvo que interrumpir la lectura de su homilía por el Jubileo de las Fuerzas Armadas en la Plaza de San Pedro.

En el último mes, la salud del papa Francisco se ha visto mermada ya que su afección pulmonar ha empeorado. A sus 88 años, su cambio físico es evidente, debido a que ha sufrido otros percances. Un problema con el bastón estuvo a punto de tirarle al suelo a principios de mes. Además, en enero, recibió a personas con el brazo en cabestrillo y, a finales del año pasado, en Ajaccio, Córcega, sufrió un golpe en la barbilla que le causó un hematoma.

Pese a todo, el pontífice se esfuerza por mantener su agenda y de hecho, esta misma mañana, ha recibido al primer ministro eslovaco en la Casa Santa Marta. Así pues, ha sido tras despedirse cuando ha ingresado en el hospital, despertando de nuevo la preocupación por el futuro del Vaticano.

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