El Papa no se asomará este domingo a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus por razones de salud

El Papa no se asomará esta semana a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus, como hace cada domingo, por un resfriado. Francisco, al que vimos con un gran hematoma en el cuello hace escasas fechas, dirigirá la oración mariana desde la capilla de su residencia en el Vaticano, según ha anunciado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.

"Debido al intenso frío, unido a los síntomas de resfriado que se han manifestado en los últimos días, mañana, domingo 22 de diciembre, el Papa Francisco dirigirá la oración del Ángelus en la capilla de la Casa Santa Marta, también en vista de los compromisos de la próxima semana", explica Bruni en un comunicado difundido este sábado por la tarde a través de Telegram.

Reposo para una mejor Navidad

El propio Papa Francisco ya comentó este viernes, al reunirse con la Federación Italiana de Bochas, que se encontraba "muy resfriado". No es la primera vez que el Sumo Pontífice reza el Ángelus desde su residencia, la Casa Santa Marta.

En diciembre del año pasado, debido a la inflamación en sus pulmones que le obligó a cambiar los compromisos de su agenda y renunciar al viaje a Dubái para la COP28, la cita dominical se celebró en el interior de la capilla -conocida por el público por las numerosas misas matutinas presididas por el Santo Padre- para evitar que el Papa se expusiera a cambios bruscos de temperatura.

En un plano más amplio, Jorge Mario Bergoglio ha optado por el reposo para llegar en la mejor forma posible a las citas litúrgicas de la Navidad que arrancan este próximo martes, 24 de diciembre, con la tradicional Misa del Gallo de Nochebuena. Al día siguiente, Navidad, impartirá la Bendición Urbi et Orbi.

"Bendigan y no maldigan nunca"

El Papa ha dirigido este sábado un discurso a la Curia Romana para felicitar la Navidad a los cardenales. En su mensaje, les ha pedido que "bendigan y no maldigan nunca". De este modo, ha enfatizado la necesidad de que "digan lo bueno y no digan lo malo" de los demás.

"Es algo que nos concierne a todos, también al Papa, a los obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los laicos, y en relación con lo cual estamos todos iguales porque afecta a nuestra humanidad", ha especificado.

Así, ha asegurado que las habladurías son "un mal que destruye la vida social" y "no conduce a nada". "Dios no nos maldijo sino que nos bendijo. En Dios no hay maldición sino siempre y sólo bendición", ha incidido.

En su mensaje también ha puesto en valor el hecho de que "acusarse a sí mismo es un medio, pero es indispensable: es la actitud básica en la que puede arraigarse la opción fundamental de decir 'no' al individualismo y 'sí' al espíritu comunitario, al espíritu eclesial".

"De hecho, quienes practicando la virtud de acusarse a sí mismo -ha subrayado el Papa- y practicándola constantemente, se liberan de las sospechas y de la desconfianza y dejan espacio a la acción de Dios, el único que crea la unión de corazones", ha reivindicado.

Este pasado martes, 17 de diciembre, Francisco cumplió 88 años y se convirtió en el tercer Sumo Pontífice más longevo de la historia de la Iglesia católica. Tan sólo lo han superado en edad León XIII, quien vivió hasta los 93 años, y Agatón, un Papa del siglo VII que alcanzó los 102 años.

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