En Siria se cumple una semana de la caída del régimen de Al Asad. La situación sigue siendo de incertidumbre. Rusia ha retirado parte de su personal diplomático en Damasco y sigue el regreso masivo de ciudadanos.

Como cuenta Marcos Méndez desde Damasco, son varias las sombras que se ciernen sobre el gobierno interino.

Siete millones de personas abandonaron el país antes y durante la guerra, ahora muchos de ellos intentan volver, pero otro gran número de sirios intenta irse por la frontera con Libia porque la credibilidad del gobierno interino todavía está entre dicho. A pesar de que han repetido por activa y por pasiva que se van a respetar los derechos de todas las minorías, algunas de esas minorías no las tienen todas consigo y deciden de momento abandonar el país.

Otro de los frentes es Israel que sigue avanzando por tierra y tomando posiciones, según dicen es una ocupación temporal, pero ya están a dos horas de Damasco y siguen bombardeando almacenes del antiguo ejército.

Semana uno de la semana post Al Asad y Siria busca recuperar la normalidad. Los cristianos con su primera misa dominical tras el derrocamiento, los estudiantes con la vuelta a clase. En la universidad siguen aún dando los últimos coletazos de euforia a costa del antiguo régimen.

Los cambios de banderas en las escuelas ya comienzan a hondearse. Los alumnos vuelven con otros ánimos, hasta hace una semana cuentan que de camino a la escuela corrías el riesgo de que en un control callejero te reclutaran para el ejército.

En medio de un vacío de seguridad el ISIS ha matado a unas 70 personas mientras Israel no cesa de atacar objetivos militares. 

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