El caso Sara Sharif en Reino Unido: su madre explota contra el padre y su pareja, declarados culpables de matarla a golpes

Urfan Sharif, de 42 años, y Beinash Batool, de 30, el padre y la madrastra de Sara Sharif, la niña británico-paquistaní de 10 años que fue hallada muerta en agosto de 2023, fueron declarados el pasado miércoles culpables del asesinato de la pequeña por el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales, conocido como Old Bailey, en Londres. Ambos están considerados como responsables de este caso que horrorizó a Reino Unido y mostró la violencia que sufrió la niña.

Además, el tío de la niña, Faisal Malik, de 29 años y hermano del padre, ha sido declarado culpable de haber "causado o hecho posible su muerte". Tanto la sentencia como las penas de los tres encausados se conocerán el próximo martes, según indicó el juez, que ha calificado el caso como "extremadamente estresante y traumático", aunque decidió prohibir mencionar o difundir el nombre de un juez que puso a la niña bajo la custodia de su padre asesino, lo que ha levantado ampollas.

Según recoge 'Daily Mail', las autoridades británicas permitieron que la madre biológica de Sara, Olga Domin, de origen polaco, fuera expulsada de su vida en 2019, antes de que el padre de la niña la atara, quemase y golpease hasta la muerte el 8 de agosto del año pasado en su casa de Working, en Surrey. La progenitora, tras conocer el veredicto contra su expareja, afirma que no puede creer el abuso que el padre infligió a su hija y subrayó que no es "humano". Desea la misma tortura que sufrió la colegiala al "monstruo". La mujer regresó con el cuerpo de Sara a Polonia y llevó a cabo su entierro. Asegura que visita su tumba todos los días. Olga conoció a Urfan por internet en 2009 y se casaron menos de un año después, pero se separaron en 2015 después de que la madre lo acusara de abusos.

El padre de Sara Sharif admitió haber causado su muerte después de seis días asegurando que su pareja era la culpable

El cuerpo de Sara Sharif fue hallado sin vida el 10 de agosto de 2023 en el domicilio familiar del progenitor, al suroeste de Londres. Urfan realizó una llamada desde Pakistán tras huir con su pareja y sus otros cinco hijos. Al llegar a Islamabad, contactó con las autoridades británicas y les dijo que había golpeado "demasiado" a su hija. La autopsia determinó que la niña había sufrido "numerosas lesiones" durante un largo período.

En el juicio se ha revelado que el cuerpo de Sara presentaba 25 fracturas, que un doctor solamente pudo dar explicación a golpes violentos y repetidos, y que el cuerpo de la menor también mostraba 70 marcas de golpes o heridas. Urfan, taxista de profesión, acabó admitiendo ante la sala haber causado la muerte a su hija después de pasar seis días diciendo al jurado que su esposa, la madrastra de Sara, era la culpable de su muerte: "No tengo credibilidad", apuntó el progenitor. Además, reconoció las múltiples fracturas en las semanas previas a la muerte de su hija, utilizando un bate de cricket contra ella, aunque negó tener la intención de matarla. Incluso llegó a sonreír al ver un vídeo, según rotativos británicos.

Los tres encausados, que se declararon inocentes en el juicio, huyeron a Pakistán un día antes de que se hallara el cuerpo sin vida de la niña, lo que despertó una alerta internacional de busca y captura. Tras un mes de incertidumbre, todos decidieron regresar a Reino Unido en septiembre de 2023, donde fueron arrestados e inculpados. El juicio ha puesto de manifiesto la controvertida actuación de los servicios sociales en el caso de la niña. De hecho, se pide depurar responsabilidades a varios cargos. El primer ministro, Keir Starmer, apuntó estos últimos días que hay que responder a preguntas en este caso.

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