En Estados Unidos, todas las evidencias señalan a Luigi Mangione como autor del disparo por la espalda al director ejecutivo de UnitedHealthcare. Él asegura que es inocente, pero en su contra están sus propias huellas dactilares, que coinciden con las encontradas cerca del lugar del crimen en Nueva York. 

Estaban en una botella de agua y en un envoltorio de chocolatina. También coinciden los casquillos con el arma que portaba al ser detenido. 

Pero hay más pruebas. En su cuaderno escribió que descartaba el uso de una bomba porque, según sus propias palabras, podría matar a inocentes. 

Mangione, que por momentos se mostró rebelde, planea pelear por la extradición a la Gran Manzana tras una audiencia en Pensilvania el martes por la tarde, donde el juez también le negó la libertad bajo fianza. 

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