Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos quedarán, una vez más, definidas por un reducido grupo de estados conocidos como los "battleground states" o "estados bisagra". Estos son los territorios que no tienen una inclinación clara hacia ninguno de los dos bandos y, por tanto, tienden a determinar el resultado final de las elecciones.
Los siete estados claves en 2024 son Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. La dinámica electoral en estos estados, influida por los cambios recientes en las leyes de votación y las opiniones polarizadas sobre diversos temas, tiene el potencial de definir el futuro político del país.
Los 7 estados clave en las elecciones presidenciales de EEUU 2024
Arizona: Un estado clave en los últimos ciclos electorales. En 2020, Joe Biden ganó en Arizona por un margen estrecho, siendo la primera vez que un candidato demócrata se imponía en este estado desde 1996. A pesar de este avance demócrata, el estado sigue estando profundamente competido, con un electorado dividido casi equitativamente entre ambos partidos. Además, el estado ha sido objeto de cambios en las leyes de votación que buscan limitar el uso de urnas de entrega y endurecer los requisitos de identificación para el voto por correo. Estas restricciones podrían tener un impacto considerable en el comportamiento de los votantes, especialmente entre los grupos que han utilizado estos métodos en elecciones anteriores.
Georgia: Este estado fue una de las mayores sorpresas de las elecciones de 2020, cuando Biden ganó por un margen de menos de 0.5%. Tradicionalmente un bastión republicano, la movilización de los votantes afroamericanos y jóvenes, así como la presencia de figuras políticas como Stacey Abrams, contribuyó al cambio hacia los demócratas. Para 2024, las nuevas restricciones sobre el voto por correo y el uso limitado de buzones para las papeletas podrían dificultar la participación de algunos de estos votantes. Las elecciones en Georgia no solo es clave para la presidencia, sino también para el equilibrio de poder en el Senado.
Michigan: Otro estado clave en la ecuación electoral. Después de decantarse por Trump en 2016, el estado volvió a apoyar a los demócratas en 2020. En Michigan, el electorado sufre problemas económicos y sociales, incluyendo el acceso a los servicios de salud y la gestión de la pandemia. La postura de los candidatos sobre el derecho al aborto, los derechos laborales y el acceso a las armas juega un papel importante en la intención de voto de los residentes. Además, los resultados en Michigan reflejan en gran medida las tendencias nacionales, ya que el estado es considerado un microcosmos de Estados Unidos en términos de composición demográfica y prioridades políticas.
Nevada: Aunque ha apoyado a los demócratas en elecciones recientes, sigue siendo de lo más peleado. Con un electorado diverso, que incluye una gran población hispana y trabajadora del sector servicios, los temas económicos y los derechos de los trabajadores son centrales en la campaña. Las restricciones de votación implementadas en Nevada desde 2020 incluyen cambios en los procedimientos para votar por correo, que podrían afectar a la participación de ciertos grupos. Dado el alto índice de participación hispana en el estado, el candidato que pueda ganarse la confianza de esta comunidad tendrá una ventaja significativa.
Carolina del Norte: Un estado republicano durante las últimas elecciones presidenciales, pero con márgenes cada vez más ajustados. Las nuevas leyes y requisitos de voto podrían disuadir a algunos sectores del electorado, especialmente a aquellos menos familiarizados con los procedimientos administrativos. Sin embargo, Carolina del Norte sigue estando en el punto de mira de ambos partidos, ya que cuenta con una gran cantidad de votantes jóvenes y universitarios que podrían inclinar la balanza en unas elecciones reñidas.
Pensilvania: Uno de los estados más importantes en la batalla electoral. Tras ser clave en la victoria de Trump en 2016, el estado pasó a manos de Biden en 2020, gracias en gran parte a la fuerte participación de las zonas de suburbios y áreas urbanas como Filadelfia y Pittsburgh. Sin embargo, los votantes rurales siguen siendo una fuerza a tener en cuenta en este estado y, para 2024, el resultado en Pensilvania dependerá en gran medida de la capacidad de ambos partidos para movilizar a sus respectivas bases. Los temas económicos y las políticas energéticas son particularmente relevantes, dado el papel del estado en la industria del gas y la minería.
Wisconsin: En 2020, Biden ganó Wisconsin por un margen muy estrecho, revirtiendo el resultado de 2016. La influencia de los votantes rurales y de la clase trabajadora será clave para definir el resultado de las elecciones de 2024. Las nuevas leyes electorales podrían afectar a los votantes que suelen participar por correo. Además, el estado ha sido un punto de conflicto para los esfuerzos de desinformación y cuestionamiento de los resultados electorales, lo que podría influir en la confianza de los votantes.
En definitiva, los estados bisagra jugarán un papel decisivo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2024. Estos se perfilan como los territorios que definirán el futuro político del país. Con cambios recientes en las leyes de votación, un electorado polarizado y problemas locales que afectan la intención de voto, estos estados serán el campo de batalla donde los candidatos se centrarán para ganarse su sitio en la Casa Blanca. Los resultados dependerán no solo de las campañas y los mensajes, sino también de la capacidad de los votantes para sortear las nuevas barreras y participar activamente en el proceso democrático.