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Estados Unidos se encamina ya a la celebración de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. A solo una semana de la cita con las urnas, Donald Trump y Kamala Harris libran el último tramo del duelo por la Casa Blanca con las encuestas dibujando un panorama muy ajustado. En la recta final, y en ese objetivo de captar el voto ciudadano, lo que sigue brillando, no obstante, es el intercambio de críticas y ataques entre los candidatos.
Si la semana pasada era Kamala Harris la que en una entrevista con la CNN afirmaba un “sí, lo creo”, a la hora de preguntarle si pensaba que Donald Trump era un fascista, ahora este último, –que durante toda la campaña electoral no se ha cansado de lanzar improperios contra la demócrata–, ha contestado a esa y otras críticas que su rival ha mantenido en la misma línea: “No soy un nazi, soy lo opuesto a un nazi”, ha recalcado.
Lo ha dicho en un mitin en Georgia, –uno de los estados clave para las elecciones–, donde Trump ha vuelto a cargar contra ella: "La última declaración de Kamala y su campaña es que cualquiera que no vote por ella es un nazi", ha aseverado el republicano.
El expresidente y candidato a la Casa Blanca rechaza así las críticas de la actual vicepresidneta de Estados Unidos, quien además recientemente le ha acusado de “invocar” al líder nazi. “Es profundamente preocupante e increíblemente peligroso que Donald Trump invoque a Adolf Hitler, el hombre responsable de la muerte de seis millones de judíos y cientos de miles de estadounidenses", dijo.
Frente a ello, Trump se desmarca y bendice la educación que le dieron: "Tuve un padre muy bueno, un tipo duro, que siempre me decía: 'Nunca uses la palabra nazi. Nunca uses esa palabra'. Y luego decía: 'Nunca uses la palabra Hitler. No uses esa palabra'", ha dicho, al incidir en que él es lo contrario a un nazi.
A este respecto, defendiéndose con el ataque una vez más, ha añadido: "(Kamala Harris) se da cuenta de que está perdiendo”. "Ahora está aumentando cada vez más su retórica. Ha llegado al extremo de llamarme Hitler y cualquier otra cosa que se le ocurra. Es una amenaza para la democracia y no es apta para ser presidenta de Estados Unidos, ¡y sus encuestas así lo indican!", ha sentenciado, posicionándose como favorito a ocupar la Presidencia de Estados Unidos.
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