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La decisión de la Justicia italiana de frenar la deportación tiene efectos también en Bruselas, después de que Ursula von der Leyen, la jefa de la Unión Europea, se declarara abierta a estudiar esa vía para resolver el problema de la migración a Europa, como informa Lluis Tovar.
Los mensajes que salen desde la capital comunitaria, tanto público, como en privado, ya son más prudentes. Ahora son conscientes de que este varapalo de la justicia italiana obliga a repensar el modelo.
Ha sido una semana con mucho ruido, con fotos políticas muy potentes, con Bruselas cediendo protagonismo a Georgia Meloni y hoy es un día en el que las capitales contra la externalización de deportaciones se reivindican.
Todos están de acuerdo en que el gran problema son los retornos. Solo dos de cada 10 inmigrantes con orden de abandonar la Unión Europea acaban abandonando el territorio comunitario, pero la solución hay que estudiarla con calma.
Esta semana Ursula von der Leyen decía que habría que observar el modelo italiano para poder extraer alguna lección y, al final, las primeras elecciones han sido que este modelo estaba muy verde al nivel legal y a partir de ahora cualquier propuesta deberá estar cien por cien ajustada al Derecho Internacional.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea ya se comprometían este jueves en Bruselas a estudiar "nuevas formas" que permitan "evitar y contener la migración irregular" que buscar llegar a suelo comunitario, una fórmula que evoca la línea más dura de países como Italia, Polonia o Dinamarca de explorar "soluciones innovadoras" como la creación de centros de deportación fuera de la Unión o castigar a los países terceros que no cooperen en los retornos.
"La migración es un desafío europeo que requiere una respuesta europea. Debemos fortalecer la implementación de nuestro enfoque integral", escribía en redes sociales el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para anunciar el acuerdo en la cumbre a 27.
Entre las claves, Michel señalaba la necesidad de establecer alianzas con los países de origen y tránsito de la migración irregular, la lucha contra las mafias, un mayor control de la frontera exterior, potenciar las deportaciones y promover vías legales de entrada en la UE.
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