En un intento por abordar la crisis económica y redefinir las prioridades del bienestar, Tailandia y Bután han implementado políticas sorprendentes que desafían los enfoques más tradicionales. El Gobierno tailandés ha comenzado a distribuir dinero directamente a los ciudadanos como parte de un plan para estimular el consumo y, de esta manera, poder aliviar los efectos de la inflación y la desaceleración económica. Mientras tanto, Bután sigue centrado en su innovador índice de la Felicidad Nacional Bruta (FNB), priorizando el bienestar emocional y social de su población por encima del crecimiento económico medido exclusivamente por el Producto Interior Bruto (PIB).
Las autoridades de Tailandia aprobaron el pasado mes de septiembre entregar un total de 145.600 millones de baht (casi 4.000 millones de euros) entre unos 14,6 millones de personas en un intento por estimular la economía tras la llegada al cargo de la nueva primera ministra, Paethongtan Shinawatra. Estos pagos serán recibidos por parte de la población, incluidos 12,4 millones de beneficiarios de los servicios de seguridad social y 2,15 millones de personas que presentan algún tipo de discapacidad.
Está previsto que el Gobierno comience a transferir las ayudas, que serán de unos 10.000 baht por persona, unos 260 euros, según ha explicado el ministro de Finanzas tailandés, Pichai Chunhawajira. La primera ministra, que accedió al cargo a principios de septiembre y ha prometido reactivar la economía tailandesa, ha puesto en marcha el programa con el objetivo de lograr una "sacudida" en las economías familiares de las personas que puedan beneficiarse de esta ayuda.
El anterior mandatario, Srettha Thavisin, había prometido pagas de unos 45 millones a los adultos tailandeses a través de un sistema de "monedero digital" que buscaba dar prioridad a los sectores más pobres de la sociedad.
Bután fue pionero en el mundo al reemplazar la tradicional métrica del PIB por un enfoque centrado en la Felicidad Nacional Bruta (FNB), un concepto innovador que busca medir el bienestar de la población. Este enfoque ha posicionado al país como el más feliz de Asia y ha captado la atención de organismos internacionales, incluyendo a la ONU, que lo considera un modelo alternativo para evaluar la prosperidad de las naciones.
Así pues, el gobierno de Bután ha establecido un sistema de medición de la FNB que se basa en cuatro pilares fundamentales; siendo estos la conservación del medioambiente, la preservación y promoción de la cultura, el buen gobierno, y el desarrollo socioeconómico equitativo y sostenible. Además, cada dos años, se realiza una encuesta nacional para medir el nivel de felicidad de los ciudadanos, entendido como "el equilibrio entre las necesidades físicas y mentales", según detalla el Observatorio de Asia Pacífico de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
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