Un año ha pasado desde que los terroristas de Hamás sembraron el terror en un ataque sin precedentes contra Israel. Aquel 7 de octubre de 2023 actuaron en varias comunas agrícolas, dos ciudades y un festival de música. En total, asesinaron a casi 1.200 personas y secuestraron a 253. Tras la masacre, el Gobierno de Netanyahu inició una contraofensiva con una guerra demoledora que continúa engrosando el balance de muertos en el conflicto, que cada vez se extiende más por Oriente Medio.
El Ejército de Israel mantiene enfrentamientos con todos los aliados de Irán. Hamás en Gaza, Hizbulá en Líbano, los hutíes de Yemen, Siria e Irak. Todo mientras, además, están pendiente su respuesta militar directa contra el propio Irán por el ataque con misiles de la semana pasiva; un escenario que agita a la comunidad internacional con las elecciones de Estados Unidos cada vez más en el horizonte.
En declaraciones emitidas este lunes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asegura que las autoridades de Israel "están cambiando la realidad de seguridad" en Oriente Medio "para impedir que lo que pasó el 7 de octubre vuelva a pasar", insistiendo así en la contundencia de su respuesta tras lo ocurrido hace ya un año. "Estamos cambiando la realidad de seguridad en nuestra región, en nombre de nuestros hijos y de nuestro futuro, para asegurarnos de que lo que pasó el 7 de octubre no vuelve a pasar nunca más", ha insistido, subrayando que el país "está desde ese día negro bajo un ataque desde siete frentes".
Reiterando que Israel "está en una guerra por su existencia” y señalando que le gustaría llamarla “oficialmente” “la guerra de la resurrección", el primer ministro israelí ha insistido en la defensa de sus operaciones.
“Nuestro contraataque contra nuestros enemigos en el eje del mal iraní fue condición necesaria para garantizar nuestro futuro y nuestra seguridad", ha apostillado, antes de definir los objetivos de su Ejército y cuándo podría acabar todo. "Terminaremos la guerra cuando completemos todos los objetivos fijados: acabar con el gobierno maligno de Hamás, devolver a casa a todos los rehenes, tanto muertos como vivos, impedir cualquier nueva amenaza desde Gaza a Israel y lograr que los residentes en el sur y en el norte vuelvan con seguridad a sus hogares", ha dicho.
En la misma línea, en su discurso, Benjamin Netanyahu ha vuelto a condenar el "asesino ataque sorpresa" ejecutado por "terroristas de Hamás" el 7 de octubre de 2023 y ha recordado que "poco después de la masacre" afirmó que el país "está en guerra". "No en una operación, no en una tanda de combates. En guerra", ha reiterado. "En este día rendimos homenaje a la memoria de nuestros hermanos y hermanas, nuestros hijos e hijas, padres y abuelos, quienes fueron masacrados por terroristas de Hamás. Niños y niñas que fueron asesinados a sangre fría, mujeres y hombres asesinados, familias enteras destruidas", ha enfatizado, al tiempo en que ha trasladado su apoyo a los familiares de los secuestrados, que "atraviesan una agonía interminable de dolor y preocupación en torno al destino de sus seres queridos".
A este respecto, el primer ministro israelí también ha recordado a "los héroes que cayeron en la batalla en Gaza, Líbano y otras áreas" y ha aseverado que "gracias a ellos se repelió al enemigo, se destruyeron la mayoría de sus capacidades y se liberó a muchos de los rehenes". "Estamos decididos a terminar el trabajo”. "Son los que se alzan como muro protector entre el mal de nuestros enemigos y el bien de nuestro pueblo y nuestro país", ha proclamado, puntualizando que "la masacre del 7 de octubre fue el ataque más horrible contra el pueblo desde el Holocausto". "Al contrario que en el Holocausto, nos alzamos contra nuestros enemigos y luchamos una guerra feroz. Con ayuda de Dios, combatiremos juntos y juntos ganaremos. La eternidad de Israel no concluirá", ha sentenciado.
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