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El conflicto entre los estibadores de los puertos de EEUU y la patronal ha sido pospuesto para alivio del Gobierno de Biden, pero también del mundo. Las partes han llegado a un acuerdo temporal que reactivarán a partir del 15 enero. La huelga, que amenazaba con paralizar la mayor parte del comercio internacional, llegaba en el peor momento: con dos guerras que podrían provocar un alza insoportable en el precio de los combustibles.
A eso se sumaba la contienda electoral en Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump, este último que acusa de forma habitual a los demócratas por la supuesta mala gestión de la economía y de haber provocado el aumento de la inflación, tras la pandemia del Covid-19.
Este viernes los puertos del Atlántico y del Golfo de México volverán a funcionar normalmente, según el anuncio del sindicato Internacional de Estibadores (ILA), publicado este jueves por la noche, según ha publicado la CNN. En el documento informaban que el sindicato y el grupo de gestión que representa a las líneas navieras, operadores de terminales y autoridades portuarias habían alcanzado un acuerdo tentativo sobre salarios.
La negociación consiguió prorrogar el contrato que tenían los trabajadores con la Alianza Marítima de los Estados Unidos, que representa a la patronal portuarias. Ese acuerdo, que había expirado el lunes, ha sido ampliado hasta el 15 de enero favoreciendo una tregua, mientras se intenta un acuerdo más completo.
Los 50.000 miembros del sindicato que trabajan en puertos desde Maine hasta Texas han estado en huelga desde la madrugada del martes, paralizaron el tráfico mayormente en contenedores hacia Estados Unidos y muchas de las exportaciones, afectando gravemente las ventas de empresas estadounidenses en el extranjero.
La patronal portuaria había pedido al Gobierno de Biden que ordenara a los huelguistas volver al trabajo por las serias consecuencias económicas para el país y con la temporada de compras navideñas a las puertas.
El presidente Joe Biden, sin embargo, se había negado a usar los poderes que tiene bajo la Ley Taft-Hartley para bloquear o terminar la huelga, argumentando que no iba a interferir en el proceso de negociación colectiva.
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