Ya han pasado 18 años del último enfrentamiento directo entre Israel y la milicia proiraní de Hizbulá. En aquella guerra, Israel invadió el sur de Líbano como respuesta a ataques previos de la milicia chií. El conflicto terminó tras un mes de intensos combates y más de mil muertos. Las dos partes obedecieron una resolución de alto el fuego de Naciones Unidas que, según la ONU, Israel habría incumplido ahora. Informan A. Martín, E. Calvo e I. Alguacil.
Pero en todo este tiempo las escaramuzas y los ataques entre ambos bandos han sido constantes con incursiones israelíes en el sur del Líbano, bastión de Hizbulá y lanzamiento de cohetes por parte de los milicianos sobre localidades del norte de Israel.
Pero la matanza terrorista del 7 de octubre pasado por parte de Hamás ha vuelto a enfrentar cara a cara a esto dos enemigos. Un día después de la agresión, Hizbulá lanzó su primer cohete contra el norte de Israel. Desde entonces 68.000 israelíes han tenido que ser evacuados. Llevan casi un año fuera de casa refugiados en hoteles con todos los gastos pagados por el gobierno israelí.
La promesa de llevarlos a casa de forma segura es también el argumento con el que Israel justifica la invasión del sur del Líbano. Hezbollah ha convertido esas aldeas cercanas a Israel en bases militares para preparar una invasión como la del 7 de octubre contra hogares israelíes.
Para cumplir su promesa, ha estado estos últimos meses preparando el ataque de esta madrugada, según ha revelado hoy el Ejército que ha compartido imágenes de bombardeo sobre centros operativos de Hizbulá cerca de la frontera en los que se han utilizado de gran potencia. Tropas terrestres también han venido realizando incursiones sin que se supiera. Israel asegura que el grupo terrorista tenía 3.000 milicianos preparados para atacar Israel.
En los preparativos también hay que señalar la operación por la cual mutiló a más de cientos de milicianos al lograr hacer explotar sus dispositivos de comunicación como buscas y walkie talkies
Pero el golpe más duro ocurrió el pasado viernes cuando un potente bombardeo israelí eliminó también al líder de la organización, Hassan Nasrallah. Los expertos aseguran que Israel es capaz de realizar acciones de muchísimo impacto, muy rápidas y con éxito, pero no es capaz de sostenerlo en el tiempo porque es un país pequeño y está rodeado objetivamente de muchos peligros y amenazas.
Por el momento, la amenaza que se cierne sobre Israel y su gobierno es Irán, que por ahora ha decidido no responder.
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