El Papa ha criticado que algunas personas, sin hacer alusiones concretas, estén pidiendo "que las fronteras se refuercen" tras ver un video sobre la ayuda humanitaria prestada a estudiantes refugiados, en la sede flamenca de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) que ha visitado esta tarde.
Además, ha vuelto a referirse a los abusos a menores dentro de la Iglesia como una vergüenza. Durante su discurso ante el rey y las autoridades, Francisco ha condenado tanto los actos de abuso como su encubrimiento, reiterando su perdón y ha insistido en tomar medidas para que algo así no vuelva a suceder.
En la reunión que ha mantenido con los profesores universitarios, el Papa les ha agradecido su labor acogiendo estudiantes refugiados en la universidad y su compromiso para "ensanchar sus fronteras". "Se han convertido en un espacio de acogida para muchos refugiados que se han visto obligados a huir de sus tierras, en medio de incontables peligros, enormes dificultades y sufrimientos a veces atroces", ha señalado Francisco.
En su discurso en la Universidad Católica de Lovaina, en el segundo acto de su visita a este país para conmemorar los 600 años de este centro, uno de los más antiguos del mundo, ha lamentado que, en cambio, "algunos solicitan que las fronteras se refuercen". Por ello, ha encomiado la labor de la comunidad universitaria que ha "ensanchado sus propios confines" y ha "abierto los brazos para acoger a estas personas marcadas por el dolor, para ayudarles a estudiar y a crecer".
"Esto es lo que necesitamos: una cultura que ensanche las fronteras, que no sea sectaria ni se ponga por encima de los demás, sino que, por el contrario, se meta en la masa del mundo, aportándole la levadura buena, que contribuye al bien de la humanidad", ha añadido.
Francisco ha reconocido que una de las funciones de la universidad es promover "la pasión por la búsqueda de la verdad, al servicio del progreso humano", y en el caso particular de los ateneos católicos, es "llevar la aportación decisiva" del Evangelio y de la Tradición viva de la Iglesia, "que está siempre abierta a nuevos escenarios y a nuevas propuestas". En cualquier caso, ha advertido de la cultura actual "marcada por la renuncia a la búsqueda de la verdad" y ha criticado la "actitud racionalista" según la cual sólo se puede considerar verdadero lo que se puede "medir y experimentar".
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