La Agencia de Meteorología de Japón ha cancelado este martes los avisos temporales de tsunami emitidos para las islas Izu y Ogasawara, al sur de Tokio. Esto ha ocurrido después de que un terremoto de magnitud 5,8 en la escala de Richter sacudiese en la zona del Pacífico.
El organismo que levantando los avisos a las 11.00 horas (hora local, 04.00 hora peninsular española), después de que hayan disminuido los cambios en el nivel de la marea, según ha informado la cadena de televisión nipona NHK.
Horas antes del altercado, la agencia pronosticó olas de un metro, por lo que pidió a la población que se mantuviera alejada de las zonas costeras. El seísmo ha tenido lugar a las 8.14 horas (hora local, 1.14 hora peninsular española) cerca de la isla de Torishima y a unos 19 kilómetros de profundidad, tal y como se lee en su página web.
El archipiélago nipón, que se encuentra en el cruce de varias placas tectónicas del Anillo de Fuego del Pacífico, sufre alrededor de 1.500 temblores al año, si bien la mayoría de ellos son de baja magnitud.
Horas antes de cancelar los avisos, las autoridades japonesas, incluida la JMA, emitieron directrices claras para la población en las zonas afectadas. Aconsejaron a los residentes a trasladarse a áreas elevadas y evitar las costas. Sin embargo, se han activado las alertas para mantener a los ciudadanos informados.
Japón es más propenso a sufrir tsunamis y terremotos debido a su ubicación geográfica en el "Anillo de Fuego del Pacífico", una zona con alta actividad sísmica y volcánica. El país se encuentra en la intersección de varias placas tectónicas, como la placa del Pacífico, la placa de Filipinas, la placa Euroasiática y la placa Norteamericana.
Las tensiones entre las placas provocan frecuentes terremotos, y cuando estos ocurren bajo el mar, pueden generar tsunamis. Además, la geografía de Japón lo expone a oleadas peligrosas cuando estos fenómenos ocurren.
El 11 de marzo de 2011, Japón fue sacudido por un terremoto de magnitud 9.0, uno de los más potentes jamás registrados en el mundo. El epicentro del sismo se localizó en el océano, frente a la costa de región de Tohoku, que provocó olas de hasta 40 metros. Murieron casi 16.000 personas, se reportaron alrededor de más de 6.000 personas heridas y desaparecieron cerca de 2.500 personas. A pesar de los esfuerzos de búsqueda y rescate, muchas personas desaparecidas nunca fueron encontradas debido a la magnitud del desastre y la fuerza del tsunami.
Tras ocurrir ese devastador tsunami, Japón implementó varias medidas para mejorar su capacidad de respuesta para futuros desastres naturales. Entre ellas, se construyeron y reforzaron rompeolas, muros de contención y barreras costeras para mitigar el impacto de futuro tsunamis. A su vez, también modernizo su sistema de alerta, planteó diversos planes de evacuación y simulacros, además de realizar inspecciones y actualizaciones en todas las plantas nucleares el país.
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