Portugal continúa luchando contra los incendios en medio del drama, la desolación y la destrucción provocada por las llamas. El país ha vivido la cuarta noche de lucha contra el fuego, que sigue avanzando imparable. Son más de un centenar los incendios que continúan activos y Protección Civil ha anunciado que las próximas horas van a ser muy complejas, mientras el Gobierno ha declarado ya la zona catastrófica en todos los municipios afectados.
Los bomberos, pocos y con escasos medios, se ven incapaces de frenar las llamas, que siguen devorando casas en un día que se prevé complicado por el viento. Tres de ellos han muerto mientras trabajaban tras verse atrapados por el fuego cuando se encontraban en su vehículo.
En total, el balance de víctimas mortales es de cinco (tras corregir la Autoridad Nacional de Emergencia portuguesa la cifra de siete) mientras la situación de emergencia continúa, con los vecinos desesperados y muchos afectados que ya lo han perdido todo.
El fuego sigue sin dar tregua, siendo Aveiro, al sur de Oporto, el distrito más afectado. Las llamas avanzan de forma descontrolada y con una velocidad alarmante. Las enormes masas de bosques de eucalipto, el calor y el viento han favorecido la virulencia de los incendios, que mantienen a Portugal en jaque.
En la ayuda, además de la movilización de aviones de la Unión Europea, 130 efectivos militares españoles se han sumado a las labores de extinción. Junto a ellos, hidroaviones de Francia, Italia y Marruecos.
Desde el domingo, las llamas han calcinado más de 70.000 hectáreas. Cinco personas han fallecido y doce se encuentran heridas en estado grave. Varias autopistas y carreteras continúan cortadas y decenas de personas han tenido que ser desalojadas.
Mientras tanto, en nuestra frontera, desde Galicia también sufren las consecuencias de estos incendios: "Increíble. Todo eso que veis es humo. Esto es una pena y una tristeza", señalan desde el lugar.
Paralelamente, las autoridades ya han detenido a cuatro personas, sospechosas de haber provocado los incendios.
Ante la gravedad de la situación, con el país en estado de emergencia, el Gobierno de Portugal ha decretado la zona catastrófica en todos los municipios afectados para acelerar la concesión de ayudas y recursos destinados a atender a los damnificados.
Mientras luchan por contener las llamas, los equipos de bomberos centran sus esperanzas en los próximos días, en los que se espera una bajada de temperaturas acompañada de lluvias.
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