La mujer drogada por su marido en Francia pidió un juicio público para que "la vergüenza cambie de lado"

En Francia prosigue el juicio contra un hombre que drogaba a su mujer y la ofrecía a decenas de desconocidos para violarla en su propia casa. La víctima, que sufrió violaciones durante más de una década, ha querido que el proceso se desarrolle de manera pública para denunciar los abusos en primera persona y para que, según ella, "la vergüenza cambie de lado: de la víctima al violador".

Medio centenar de hombres de profesiones y edades diversas se sientan en el banquillo junto al marido, Dominique P: son los que la habrían violado a la mujer estando inconsciente.

Estos han podido ser identificados porque el principal acusado dejaba todo grabado y fueron estos vídeos los que permitieron a la Policía detener a los 51 violadores. Algunos hasta repitieron la experiencia que ha dejado a Gisèle P con estrés postraumático y graves problemas de memoria.

Gisèle P llegaba este miércoles al tribunal de Aviñón, donde comienza la tercera jornada de este macrojuicio que mantiene sobrecogida a la pequeña localidad de Mazan.

La mujer, de 72 años, se ha presentado rodeada de sus abogados y sus tres hijos y ha comenzado a revivir las violaciones a las que fue sometida durante nueve años hasta 2020, pero de las que jamás fue conocedora, porque el ahora su exmarido usaba un potente ansiolítico para dejarla inconsciente.

En la misma sala, pero en el banquillo, se han sentado 51 hombres, uno de ellos su expareja y padre de sus tres hijos. Él era quien organizaba los abusos en su propia casa y contactaba con los agresores por internet.

Gisèle P, la mujer drogada por su marido para que la violaran desconocidos, no quería sentir vergüenza

Giselle Pe cree que, aunque habrá momentos extremadamente difíciles, "no tiene nada que ocultar ni nada de lo que avergonzarse", ha dicho su abogado. Por eso, la víctima pidió que el juicio no se celebrara a puerta cerrada.

Gisèle sufrió cinco enfermedades de transmisión sexual y pérdidas de memoria, ajena a lo que hacía su marido. Hasta que Dominique P fue detenido en un supermercado por rebuscar bajo las faldas de las clientas.

Los agentes sospecharon que había algo más y encontraron fotos y vídeos de las violaciones en su ordenador y pudieron comenzar la investigación que ha terminado con este proceso, que durará cuatro meses. Es uno de los mayores juicios por abuso sexuales en la historia de Francia.

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