En Francia ha comenzado el macrojuicio contra un hombre que drogaba a su mujer y la ofrecía a decenas de desconocidos contactados por internet, para que la violaran. En el banquillo, medio centenar de hombres, de entre 25 y 75 años que participaron de la agresión sexual contra Gisèle P., que sufre estrés postraumático y varias enfermedades de transmisión sexual.
El Tribunal de Aviñon juzgará al entonces marido de la víctima, Dominique P. que contó que lo hacía, porque le gustaba ver cómo la tocaban otros hombres. Los 51 acusados se enfrentan hasta 20 años de cárcel, según ha informado los medios franceses.
La mujer, Gisele P, de 72 años, fue sometida a sumisión química durante una década y a día de hoy, con estrés postraumático, no recuerda nada de las violaciones que organizaba su marido y que fueron descubiertas en vídeos que el hombre guardaba en su ordenador.
Entre los acusados hay hombres de diferentes perfiles : un bombero, un funcionario de prisiones, un periodista, un enfermero, un electricista: hay solteros, casados, divorciados.
Los investigadores creen que la mujer, que ha contraído cuatro enfermedades de transmisión sexual, sufrió 92 violaciones desde 2011, a manos de 51 hombres distintos que serán juzgados durante los próximos cuatro meses. Abusaron de la mujer durante casi una década en la casa en la que vivía la pareja en Mazan, al sur de Francia.
La mayoría fue solo una vez al domicilio del principal acusado en la localidad de Mazan, en el sur de Francia. Diez fueron en varias ocasiones, hasta seis noches en algunos casos. El hombre no les pedía dinero a cambio.
Los acusados no tienen patologías psicológicas importantes. Muchos alegan que creían participar de las fantasías de una pareja libertina.
El jubilado de la compañía de electricidad EDF administraba a su mujer un fuerte ansiolítico y contactaba a los desconocidos en una web de citas. Los violadores tenían la orden de no despertarla.
Otras de las obligaciones para acudir a la violación era no oler a perfume ni a tabaco, tener las manos calientes y desvestirse en la cocina, para evitar olvidar prendas en la habitación.
La víctima Gisèle P. se enteró con 68 años, cuando todas las violaciones salieron a la luz después que su marido fuera sorprendido en 2020 en un centro comercial grabando bajo las faldas de las clientas.
Los investigadores encontraron en su ordenador muchas fotos y videos de la mujer, visiblemente inconsciente, mientras decenas de desconocidos la violan.
La víctima declarará el jueves, mientras que los magistrados interrogarán a su exmarido. La investigación, tras su detención, implicó al hombre en otros dos casos sin resolver, un asesinato y violación en París en 1991, que él niega, y un intento de violación en 1999, que tuvo que admitir al identificarse restos de su ADN.
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