Ya han sido recuperados los cuerpos de cinco de los seis desaparecidos en el naufragio del 'Bayesian', el yate del lujo que se hundió en Sicilia y en el que estaba a bordo Mike Lynch, el Bill Gates británico. La mañana de este jueves, el equipo de rescate encontró un quinto cuerpo sin vida.
La Fiscalía de Palermo trata de entender por qué un barco de 473 toneladas, uno de los más seguros del mundo según su fabricante, acabó hundido a 50 metros de profundidad. Las primeras investigaciones apuntan a un error humano y las nuevas imágenes en poder de los investigadores apuntan en esa dirección.
Los magistrados de la Fiscalía de Termine Imerese, que abrió la investigación sobre el naufragio, han interrogado durante dos horas el capitán del 'Bayesian', James Cutfield, de 51 años y con gran experiencia a bordo de grandes buques.
Medios italianos tratan de responder a la pregunta del millón. ¿Cómo es posible que un lujoso yate y de vanguardia de 473 toneladas se hundiera en un minuto a menos de un kilómetro frente al puerto de Porticello en Palermo?
Para ello han hecho reconstrucciones de los hechos que apuntan a una posible cadena de errores y trágicas coincidencias que desestabilizaron el velero, a causa de un torbellino: una escotilla de la cubierta superior dejada abierta, a orza móvil en posición elevada, el posicionamiento incorrecto del buque y un retraso en la activación del sistema automático que asegura el barco en caso de peligro.
Giovanni Constantino, CEO de la empresa fabricante del barco, The Italian Sea Group, ha arrojado ahora nuevos datos sobre por qué el megayate pudo hundirse tan fácilmente.
Según Constantino el incidente se debió a un error humano porque el barco es prácticamente "insumergible". El empresario afirma que el mástil está preparado para ladearse y volver a su posición inicial en caso de tormenta. "Se hundió porque entró agua. Los investigadores nos dirán desde dónde exactamente", ha dicho Constantino ante los medios de comunicación italianos.
La investigación también revela que había ojos de buey parcialmente abiertos, que pudo facilitar la entrada abundante de agua por las ventanas. La mayor atención se centra en la orza móvil, la pieza metálica que sirve para asegurar exteriormente a la quilla con el fin de aumentar su calado y ofrecer mayor estabilidad.
Los buzos encontraron la orza levantada durante las primeras inspecciones del velero en el fondo marino a 49 metros. Se cree que la tripulación subestimó el peligro y en consecuencia un velero inestable no fue capaz de resistir el impacto del torbellino, según los expertos. "No vimos venir el peligro", confesó el capitán James Calfiled en el hospital.
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